Historia para no dormir: la NSN es bipolar

LA NSN ES BIPOLAR O TIENE UNA GEMELA ESCONDIDA DEBAJO DE LA CUNA QUE SALE SÓLO LOS FINES DE SEMANA.

Algo está pasando en Truman. No lo digo porque sí, así a lo loco, dejándome llevar por mi enajenación mental particular de un martes muy intenso y el pensamiento de una semana muy larga por delante. No, ni mucho menos.

– Se ha comido TODO el yogur y TODO el puré de verduras.
– Se ha comido TODA la papilla de frutas y TODO el petisui y creo que se ha quedado con hambre.
(Cancioncita literal 1 con la que deleita mis oídos Miss Nicaragüense cada día).

– Está muy tranquila, TODO el rato jugamos y lo pasamos bien. No llora. Está feliz.
(Cancioncita literal 2).

– Por la mañana durmió dos horas ENTERAS, de 9 a 11, antes del paseo.
– Por la tarde durmió una hora ENTERA después de comer.
(Cancioncita literal 3).

Léase el énfasis con el que me dice TODO/ ENTERA. Para que quede bien claro. Y esto se repite cada día desde hace 3 meses que Miss Nicaragüense está en nuestra vida.

Por esta agenda diaria de la NSN, todos estaréis de acuerdo conmigo que es un primor, una niña relajada, divertida, un amor que te hace la vida más fácil. Sí, más fácil se la hace a Miss Nicaragüense, porque lo que es a mí… PUES NO. Esto es hasta que aterrizamos reventados, sin fuerzas en el ansiado fin de semana. Es entonces cuando la NSNbuena abandona el hogar familiar, se oculta debajo de la cuna, sin que nadie la vea, y aparece, en su lugar, para alegría de los presentes, la NSNterremoto o distroyer para los más allegados.

Simpática es un rato, risueña, divertida, bailonga… Aburrirte no te aburres, entre otras cosas porque pasas las 24 horas con ella pegada a la pantorrilla. Ella decide cuándo y cuánto comer, en qué cucharada espurrearte o en qué preciso instante plantarte la manita en el plato, así de mona es ella. Y el comer y el dormir son una risa en esta casa.

Y el lunes una claudica ante el bien supremo:

– No, Miss Nicaragüense conmigo no se ha comido TODO el puré. Por decir algo y no quedar de #malamadre absoluta y confesar que le di un trozo de pan o una magdalena, porque la señorita comelotodo decide sábado sí, domingo también, comer tres cucharadas y echar la cabeza para atrás y partirse de risa, de mí, claro.

– No, Miss Nicaragüense conmigo no ha dormido las dos horas ENTERAS por la mañana y no ha dormido una hora ENTERA por la tarde. Durmió poquito la verdad. Por decir algo y no gritar a lo loco, con unas ojeras que te dan la vuelta y un tic nervioso en el pie, que no he conseguido que durante el día cierre los ojos más de 20/ 30 minutos a lo sumo. Y el esfuerzo que supone conseguirlo, meciéndola en brazos (12 kilos) pasillo arriba, pasillo abajo, no sé si bien merece la pena. Me lo estoy replanteando.

– Sí, ha sido muy buena, se lo pasa pipa con sus papis. Es un amor. Por no mencionar los berrinches si no tiene lo que quiere, las caminatas trumanianas para que se despeje y relaje.

Porque claro, ante todo una tiene dignidad y mucho amor de madre. Y la NSN te hace dos guiñitos, te pega dos risotadas, te mueve su culito y se te queda una cara de tonta, que piensas: «hija mía, tú lo que tú quieras, que si eres una pequeña terrorista en potencia, ¿qué puedo hacer yo más que quererte?».

Así que en estas estoy, pensando muy seriamente que Miss Nicaragüense trajo de tierras lejanas polvitos mágicos que hipnotizan a los bebés. Pensando que la NSN es muy lista y come TODO lo que puede y duerme TODO lo que puede y más durante la semana para aguantar el ritmo sabrosón los fines de semana. Y, para qué negaros, pensando, con el miedo en el cuerpo, que un día de esto me aparecen las dos NSN clavaditas, la terremoto y la buena… y entonces, sólo entonces, respiraré profundo, sintiendo que no soy tan #malamadre, sino que no se puede luchar contra los elementos de dos iguales. Que yo no quería por nada del mundo gemelas, pero que oye así me quito de problemas venideros.

* NSN por partida doble si un día os da por aparecer a las dos juntitas de la mano, por favor, hacerlo con tranquilidad, que una está sensible y a ver si me matáis del susto.

La niña sin nombre y su hermana «la otra».

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