Historias para no dormir: el fin de los días

Estos días he estado al borde de la muerte. He visto la luz al final del túnel. Ya me imaginaba yo firmando un triste testamento para dejar a mi descendencia una hipoteca y algún anillo barato, tirándome en puenting para hacer algo arriesgado antes del día final, preparando un entierro biutiful, lleno de coronas de peonías rosas, pompones más rosas y galletas de colores, y dando en adopción a la NSN, con la mano en el pecho jurando que tendrá un buen futuro…

¿El PNSN quedarse a cargo de ella? También cayó en las redes de la enfermedad…

Cuando el PNSN se pone malo habla menos aún de lo habitual y ya es difícil. Te mira desafiante como si la culpable de sus males fueses tú. Durante sus días de convalecencia hace alguna mueca y se escucha a lo lejos algún gemido, se desplaza por Truman silencioso con pasos cortos, casi levitando. Tiene un método de recuperación que siempre cumple: la enfermedad en cuestion da igual, él cuando está malo se obsesiona con meterse en la cama, taparse hasta las orejas y sudar, sudar mucho, como un cochinillo. A principios de vacaciones se puso malísimo y con 35 grados se tapó con un edredón y con una manta de pelo persa. Yo no podía ni preguntarle como estaba, por miedo a que me echara una mirada del mal. Pero a la mañana siguiente, después de perder dos kilos bajo esa manta, ya era otro, estaba recuperándose.

Los hombres se toman las enfermedades muy a pecho, las interiorizan de una manera extraña. Sin embargo, nosotras cuando estamos malas (que me gusta generalizar) somos ángeles caídos del cielo. Llevo dos días arrastrándome por la vida, sobreviviendo en la agencia no sé cómo y metiéndome en la cama a las 9 de la noche. Y yo tengo que estar muy mala, mala a morir, para meterme en la cama a esa hora… El primer día fue el peor. La NSN se acercaba a mi lecho con cara compungida para darme besos de despedida, un adiós prematuro pero necesario. Alternaba sus besos con paseos al salón para traerme libros, quería escuchar mi voz leyéndole por última vez a su Pepe o a su Lulú. Al rato me cogía la mano, intentando, en un esfuerzo desesperado, que saliese de la cama para atender sus necesidades lúdicas. Sin éxito alguno, me abandonaba y se iba con su padre.

Pero yo por muy mala que esté, no me callo, no, al revés, yo me quejo. Pero porque me da la sensación de que si no me quejo me dejan morir sin pena ni gloria. Y yo no quiero una muerte triste, en soledad, quiero una muerte sufrida, acompañada y vivida.

Penurias a parte, está intoxicación, virus maligno, mal de ojo o como queráis llamarlo me ha venido que ni pintado para sentirme como una pluma. La dieta a base de esa bebida que la gente sólo compra cuando está al borde de la muerte (Aquarius) hace su efecto y se me está quedando un cuerpecito que ni antes del embarazo. Eso sí a la cara no me miren, que doy miedo.

Rosalind Russell and Robert Donat in The Citadel

* A mi señor Doctorsito, que dista mucho del de la foto, algún día le dedicaré un post, se lo merece. Él me mira con cara de indiferencia, mientras yo le cuento que esta vez sí que es el fin. Pese a su frialdad ante mis males, es compasivo y si yo le dijese que me chute morfina, lo haría, lo sé, le delata su Parkinson y sus ronchas. Es una copia mejorada de Chris Peterson en Algo pasa con Mary. Con cara de pena he conseguido que me repita un análisis de hace un par de meses. Pero yo no me fío de que esto sea un virus, me temo lo peor.

La niña sin nombre y sin madre.

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About La niña sin nombre

Las aventuras de la niña sin nombre con su globo volador y su #malamadre. Historias para no dormir, Diario de malamadre, la vida en Truman Residence y mucha biutiful zin. ¿Os venís?

21 responses to “Historias para no dormir: el fin de los días”

  1. lacitos On The Door says :

    Ay, ay, ay… a mi me parece que estos males son el anuncio de una gran alegría!! MNSN no estará Ud. embarazada, verdad? 😀

  2. Elisa says :

    Ayyyy como se parece el PNSN a uno que yo me se!! Hace lo mismooooo, tapares hasta las orejas para sudar como cochino, cosa que a mi me parece lo peor, pero bueno… Una vez se puso dos camisetas térmicas y después manta zamorana y nórdico!!!
    Yo soy como tu, sufrida y quejosa jajajaja ja
    Besotes guapa y cuídate

  3. Lucía laMamádelaBebédePucca says :

    En mi casa pasa exactamente igual. Lo de generalizar viene muy bien. Eso sí, yo siento instintos asesinos hacia el enfermo silencioso…

  4. Jen says :

    Eso debe ser cosa de hombres, porque mi padre es lo que hace siempre, son anti medicinas y anti médicos, no hay quien pueda con ellos, nosotras nos quejamos con razón, ánimo y que os mejoréis!

  5. anya says :

    Cuidate y seguro que no es nada más que ese virus maligno que se pase pronto!!! Aquí nos turnamos al quejarnos, je je.un beso

  6. Almudena says :

    Cuidate y recuperate, que mal se pasa y la pobre NSN ahí intentando hacerte salir de la cama, jeje, pobrecillos.
    Un besazo para que te cures

  7. Noemi says :

    Por que los virus malignos siempre atacan mucho mas fuerte a las mamis que a los papis??y por que cuando estamos malitas tenemos que seguir con nuestra rutina aguantando de manera estoica en vez de tirarnos en la cama y olvidarnos del mundo como hacen otros???
    En fin ya veras como con los besitos de la NSN te recuperas mucho antes!!eso si que es una buena cura!!muakkkssss

  8. Gestando una idea says :

    Vaya tela….Espero que te recompongas prontito, que la NSN está deseando jugar contigo y mostrarte sus looks con tres o cuatro coletas xD. Quien sabe, lo mismo, recibir fotos de la NSN con esos estilismos cuando estés trabajando, te da energía para no dejarte llevar por la enfermedad y sacar fuerzas para recomponerte y salvar a la NSN de esos peinados tan «modernos». Jejeje

    ¡Besos!

  9. Irene MoRe says :

    Por lo visto lo de generalizar ha sido un acierto. En casa pasa igual. Y yo también me quejo, ya que tenemos que seguir haciendo todo y no podemos encerrarnos en una cueva como ellos, al menos que nos quede el «derecho al pataleo».

    • La niña sin nombre says :

      Si es que es así… Aunque estemos malas no vamos a dejar a los niños sin bañar y cenar no??? Aunque yo el lunes que estuve al borde de la muerte no pude ni leerle el cuento! Somos fuertes, más que ellos, esta claro!
      Me alegro no estar sola! Muac

  10. padresfrikerizos (@padresfrikerizo) says :

    Ay esos viruses malignos que malos son y qué mal lo llevan los hombres!!! Tú quéjate que aquí quien no se queja pasa sin pena ni gloria y parece que a ti la enfermedad te sienta divinamente, claro que sí, y si no te hacen caso grita por twitter que alguien irá a recogerte antes de que mueras 😛

    Cuidate mucho que este fin de semana hay que verse y no es plan de que nos pegues todo 😀
    Besos

  11. vanina says :

    Si es que no hay mal que por bien no venga…se acabó la dieta, ya has conseguido el objetivo, ahora ya sana y buenorra, jajaja…
    Un besote, guapaaaaaa

  12. planeandoserpadres says :

    No me parece mal el sistema de recuperación del PNS. Yo desde pequeña siempre me he curado de cualquier cosa con un poquito de jamón serrano y pan con aceite (cuando en el colegio decía que mi madre no me llevaba al médico porque yo me curaba con eso, los profesores no daban crédito). Así que menos mal que durante el embarazo no he pillado nada malo, porque con la fastidiosa toxoplasmosis ¡se me acabó mi remedio natural!

  13. muchochupchup says :

    jajajajajaj pues te digo que en mi casa es al revés! yo me pongo mala y no digo nada, bueno lo digo pero intento sobrellevarlo yo sóla, pero mi acompañante…ayyyy, si se pone malo se entera todo el barrio!!!

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