Diario de malamadre: el inicio del declive…
Yo me las prometía felices. El viernes con un mal cuerpo de querer morirme, me dirigía a #tierrasanta con el PNSN y la NSN, sintiendo en mis carnes flácidas el relax de dos días de cuidados intensivos y recuperación exprés, que me devolviesen la energía y fuerzas, que mis llagas estaban absorbiendo a la velocidad de la luz. No hay dolor por hacer la maleta medio mareada del chute que lleva tu cuerpo si al final ves la recompensa: los abuelos como la salvación.
Bajar del tren en tierrasanta es felicidad al instante, el olor a mar te penetra por los poros de la piel y el mal se detiene; no desaparece, pero se queda paralizado a lo lejos, esperando impaciente tu vuelta.
Mi madre es vidente, pitonisa, vamos lo que se viene llamando que tiene boca de cabra. Todo el santo mes de julio se lo ha tirado la mujer diciendo que «qué mes de playa tan estupendo… Verás cuando bajes como cambia la cosa…». Y efectivamente. Este fin de semana ha sido el primero de viento de Poniente. Una suerte para los que navegan, surfean o sienten la velocidad del viento en su cara o quieren acabar «tarumbas». Pero una broma de mal gusto para mí y la NSN. La NSN se iba altiva de Truman contando a sus amigos que se iba de playeo, con su bikini a rayas y su maleta de piel… y vuelve más blanca que antes, pobrecita.
Yo imaginaba mis tardes de convalecencia en el sofá mirando al mar, reconciliándome con alguna lectura intensa (el Cuore o el Hola) y con la babilla caída de esos sueños no profundos que te devuelven a la vida. Pero no. Todo se ha tornado oscuro, intenso y agotador.
Si al chute de pastillas que lleva tu cuerpo, le sumas:
1. El viento de Poniente.
2. Una niña hiperactiva.
3. Mucho gusanito y poca comida sana.
4. Discusiones sesudas porque los abuelos piensan que la vida es una bambola y todos los vestidos que le compran a la niña son una talla más, que parece que va a hacer la comunión con ellos…
5. Efecto croqueta por la mañana, por la tarde, por la noche, en la casa, en la calle… cuando no se hace lo que ella quiere, a rodar.
6. 2 noches de despertares infernales por una fiebre nueva, sin causa aparente más que matar lentamente a su madre.
7. Mamitis aguda extrema, rozando la manía persecutoria…
8. Lo que se viene llamando depresión prevacacional, de ver tan cerca las vacaciones, tocarla con la punta de los dedillos y saber que realmente no han llegado…
9. Una vuelta en AVE de noche, con un frío polar en el dichoso vagón que todavía estoy tiritando.
10. La imposibilidad de darte a la bebida por no mezclar con las drogas que te mantienen viva y que te recetó el médico, ese médico con tics nerviosos que te da poca confianza o ninguna.
El resultado es este: mi cuerpo me ha abandonado, se ha dado a la comida basura y ha dejado en manos de mi destino a un cerebro chamuscado, que no acierta a decir más de dos palabras hiladas y que sólo repite, una y otra vez, una y otra vez: «toy cansá».
Y sí hoy es lunes… Y yo odio los lunes… Pero puedo decir algo:
No sé si reír o llorar… Y si notan ustedes cierto pesimismo, melancolía, delirio en mis palabras, les diré algo más: quedan 8 días para ser un año más sabia, más experta, más… ¡¡¡¡¡VIEJA!!!!! Y eso a mí me pone de peor humor si cabe. Comienza el declive.
¡Feliz semana!
La niña sin nombre.
Diario de malamadre: ¿cuánto puede medir un culamen y no tener vida propia?
La barriga me hace ruido. No es la ansieté, aunque podría serlo, que la cuenta atrás hacia las vacaciones se me está haciendo terrorífica, no es la regla, no y no es un niño sin nombre, Dios no lo quiera que estoy yo como para un malvivir multiplicado por dos. Es el hambre que tengo… He decidido cortar de raíz con el crecimiento de mi culamen antes de tener que empadronarlo y educarlo como un miembro más de la familia, porque el muchacho está tan crecido que tiene identidad propia y reclama asilo político.
Antes de que esto se nos vaya de madre, que tres ya son multitud en Truman. He decidido poner medios. Y visualizar el verano… Visualizar los paseos por la orilla, moviéndose mis carnes sin ritmo alguno. Para mi el verano no llega hasta que estoy en tierrasanta, esto de ahora mismo es el infierno, así que aún hay tiempo.
Ser madre me ha llevado por una senda peligrosa del malvivir. El maldormir se ha apoderado de mi vida, pero el malcomer no tiene futuro conmigo. La maternidad me ha borrado la cintura, las curvas y el ombligo. Me he convertido en un trozo de carnes sin forma definida.
Me he concienciado, me da igual que el PNSN se ponga fino por las noches y encima diga convencido que «ha sido una cena ligerita», me da igual que la NSN se deje sobras apetitosas en sus cenas, me da igual que la compi tipazo de turno llegue a la agencia con bollos que son bocatidicardenale, me da igual que sea el santo de una, el cumpleaños de otra… Estoy concienciada. Y no lo digo por decir como cada lunes. Esta vez es distinto.
Superados los 30 grados, seguir llevando leggings, medias tupidas y mangas largas atenta contra tu salud y la de los demás, que pueden sufrir un colapso al verte de esa guisa. Tú argumentas que eres una persona friolera, que el aire acondicionado te sienta fatal, pero chica en junio esto ya no cuela, que tienes marcas en las sobaqueras, el flequillo húmedo y la respiración cortada.
Así que te dejas llevar y vas dejándote ver, mostrando, de poquito a poco, tus encantos. Eso sí, mueves cielo y tierra para encontrar pantalones cortos que no pasen el límite de la pierna normal a la pierna de mastodonte, evitas gasas, transparencias, telas de seda que dejan ver tu flacidez y vas avanzando por la senda del mal hasta que abren la piscina… Negada a caer en la tentación de una talla más (eso sería la perdición), coges el biquini y te metes en el baño. Sin que nadie te vea, te pones la parte de arriba, con esta nunca ha habido problema, no crece por más ciruelas que comas (¿eran ciruelas?), pero ¡ay la parte de abajo! Tiras de aquí, de allí para ensancharlo un poco… Y con más esfuerzo que si estuvieras haciendo spinning acabas sudando la gota gorda para meter tu culamen en la braguita. Ahora no puedes respirar, ni andar… A saltitos llegas a la puerta de casa donde la NSN y el PNSN te esperan para bajar a las zonas comunes con cara de «sabemos que no podemos ahora mismo ni toserte».
Con la cara de «ni me mires ni me toques» te dejas caer en la toalla en una postura contorsionista para que no se te note la celulitis, el michelín o los pelos que aún siguen ahí después de la depilación exprés que te has hecho mientras te embutías en el baño. Y así pasan los días y vas usando sólo el biquini de embarazada, relegando los otros a una vida en el olvido, hasta que el calendario marca la cuenta atrás.
1. Zumo de naranja y melocotón en trocitos. Desayuno. Triste.
2. Pescado con guisantes ó pollo con arroz. Almuerzo. Más triste.
3. Manzana ó zanahoria. Merienda. Esto sí que es triste.
4. Melón y cereales ó Verdura hervida y sandía. Vacío estomacal, pero llevas superados 3 días sin pecar.
Para controlar un poco el tema. He decidido bajar a pesarme hoy y he vivido un episodio terrorífico en mi vida. El peso incapaz de darme una cifra, ha decidido quedarse con mi mano enganchada. Había dos opciones de peso, sí, pero yo estoy al límite de mis fuerzas y no coordino bien. He metido 3 monedas de 20 porque creía yo que eso me daría un completo y la solución a mi problema. Así que después del peso y la altura, venía la tensión, que nunca está de más, he pensado. Pi piiii piiiiiiiiiiiiiii ha empezado hacer el aparato del mal y el flotador gris ese donde estaba mi mano ha empezado a hincharse tanto que me oprimía la muñeca. He intentado sacarla sin éxito, eso pitaba más, hasta que la boticaria me ha venido a salvar. Yo con la mano morada he sacado un hilo de voz para preguntar:
– ¿Y mi papel? El del peso ideal por el que tengo que seguir pasando hambre.
– ¡No hay papel! Se ha acabado. Y la máquina ha dado un error… Nos costará unos minutos que vuelva en sí…
Así que he pedido que me devolvieran mis 3 monedas de 20…
Sin peso, a punto de quedarme manca y con el susto en el cuerpo he tenido una visión… Aquí lo importante no es la dieta que hagas, no, no te equivoques…
Me veo fuerte. Estoy que lo doy todo. Seré una madre triste, pero con algún centímetro de menos en el culamen mientras paseo por tierrasanta. Eso espero…
La niña sin nombre en el día 2.
Diario de malamadre: desde el infinito hasta el más allá
Todavía recuerdo como si fuese ayer los minutos previos al nacimiento de la NSN.
– «Por favor, que esté bien…», le decía al PNSN con lágrimas en los ojos. Clavado en el alma y en el corazón el resultado del Triple Screening que me daba una probabilidad altísima de que la NSN no viniera bien. Pese a que la amniocentesis descartó cualquier problema genético, hasta que no la vi no pude creer que mi niña estuviese perfecta.
Cuando me la pusieron en el pecho nada más nacer, me pareció la cosa más bonita y perfecta de este Universo. Ese momento que no desaparece de tu mente nunca más. En ese instante me enamoré de ella y el corazón se me iba a salir del pecho como nunca antes lo había hecho…
Después tuve suerte, no sentí depresión postparto. Ni siquiera después de las primeras semanas, cuando ya todo volvió a la normalidad, mis padres estaban en tierrasanta, el PNSN trabajaba y la NSN y yo estábamos 12 horas la una con la otra, solas ella y yo. Sentía que era lo que había estado esperando siempre, incluso las noches en vela, los primeros colicos, los llantos inconsolables. Me sentía feliz, cansada pero feliz.
Pero llegó el momento, la operación biberón fue preludio de un cambio radical en nuestras vidas. Las carreras contrarreloj, la culpabilidad, la ansieté se apoderó de mí y las primeras semanas de vuelta al trabajo no fueron fáciles.
Pero todo pasa. Y eso también pasó. Y de repente sin saber cómo, me vi inmersa en una época de distanciamiento. El trabajo me separaba, el blog me separaba… pero realmente era yo la que me separaba. Quizás para no sufrir, quizás para no sentirme culpable, asumí perfectamente el rol de esposa-trabajadora-freelance… y no se cuantas más funciones, todas ocupándome demasiado tiempo y quitándole tiempo a mi niña y a mí como madre.
En los últimos meses le he preguntado al PNSN:
– «Yo creía que la querría más hasta que me explotase el corazón. Que no podría estar trabajando sin que me doliera el alma… Siento como si no la quisiera lo suficiente…».
Era un pensamiento que tenía clavado y que tenía que compartirlo para que no me doliese tanto. Las palabras del PNSN secaban mis lágrimas y la rueda seguía girando hasta hoy.
Ha tenido que ser este fin de semana de soledad el que me diese el bofetón en la cara. Normalmente hubiese clamado al cielo porque el PNSN nos dejará tres días y medio solas. Pero realmente sentía que lo necesitaba, me apetecía muchísimo pasar todo ese tiempo 100% pendiente y entregada a la NSN, sin relevo, sin tareas programadas, sin prisas, solas ella y yo disfrutando de cada momento.
Y me he enamorado, me he dado cuenta de que ese amor infinito, que sentí los primeros meses y que esta locura de vida en la que yo sola me he metido lo había empañado, haciéndome dudar, alejándome de ella, creyéndome que es lo que hay y no hay que darle más vueltas.
Esto también pasará. Y la rueda volverá a girar. Y nuestras vidas seguirán. Pero ahora sé que ese amor está ahí y que nunca desaparecerá…
La soledad me da por comer, por echar de menos al PNSN, por beber cerveza para cenar, por malcriar a la NSN, por añorar el mar y lo que allí me espera… y sobre todo me da por pensar.
La niña sin nombre.
Diario de malamadre: el summertime no es summertime ni ná…
El summertime. Ay, el summertime. ¿Dónde quedaron los summertimes de días infinitos, de estar con el bikini y la sal pegada hasta la madrugada, con la sangría en la mano? Ay, ni WhatsApp ni leches, sin nada que pensar, más que el plan del día siguiente. En este julio de 2013 me parece mentira que eso summertimes en algún momento existiesen.
He entrado en bucle. Quiero vacacances. Quiero vacances. Quiero vacances.
¡Quiero vacances!!!!
Esta frase la digo una media de 10 veces al día y la pienso una media de 1000 veces más. Con tanta intensidad que creo que me va a dar un mal. De la semana próxima no paso, moriré joven con un ratón en una mano y una Coca-Cola light en la otra, mientras veo las fotos de veraneo de las que sí estáis y no paráis de compartir vuestro maravilloso summertime.
Como aún queda para que llegue mi momento… Voy a dejarme llevar. Voy a mimetizarme con el entorno y voy a pasar del summertime hasta entonces. Voy a imaginar que es invierno, con menos ropa y más calor. Porque la película en esta época del año me cambia poco… Trabajo mucho. ¿Qué mucho? Mucho más que mucho. Porque que levante la mano quien no tenga un cliente o dos o 20 que tenga que dejarse todo cerrado antes de fin de julio. Dichoso business plan. Así que el horario de verano es la juerga padre. Y oye, que dure, que aquí malamadre se queja de todo, menos de eso, que el trabajo dignifica y mucho (aunque lo dude cada mañana). Lo peor va a ser cuando en unas semanas la NSN y el PNSN me restrieguen sus tardes de verano y piscineo en el área de descanso y disfrute trumaniano. Pero me da igual, yo viviré hasta que llegue mi summertime de verdad en mi habitáculo, viendo la vida pasar, con mis latas de Coca-Cola light, mi aire acondicionado a todo trapo y mi cerebro conectado con la cuenta atrás activada.
¿Qué hago diciendo todo esto un viernes? Ansiado viernes en el que el PNSN abandona el hogar familiar, vestido de blanco impoluto y con fajín rojo. Me dice que va a un lugar tranquilo, donde la gente celebra una fiesta que comienza con un chupinoséqué y me promete mirando a la NSN con lágrimas en los ojos que no correrá delante de los toros… Mientras yo echo promesas a mi Virgen del Carmen y enciendo una velita a mi Fray Leopoldo, comienzo a asimilar el fin de semana de malamadre soltera que me espera. Las mujeres, al menos yo y mis amigas, somos tontas, menudas despedidas se montan ellos y nosotras no, es que «somos clásicas, con cualquier cosita lo pasamos bien, una cena mona en un sitio chulo, una sesión de belleza, un reservado en el sitio de moda y muy monas todas, perfectas para el mírame y no me toques. Los boys y esas cosas del mal no, no nos gustan». Ellos NO. Ropa, la más cutre, camisetas con mensajes sexistas, botellas a tutti y fiesta lejos del hogar (por si las moscas), reviviendo su adolescencia perdida, creyéndose lo jóvenes que un día fueron… Y por supuesto no por un día ni dos sino tres y medio… Ay, pobres, tienen que hacerlo como muestra de su eterna amistad…
Pero yo hoy feliz por devolverle a la NSN el tiempo robado esta semana y apretujarla hasta que no pueda más, pero cansada de pensar lo intensos que van a ser estos tres días de single woman. Después de mis intentos fallidos por convencer al shérif de que subiesen a Madrid a pasar un fin de semana de diversión familiar en plena ola de calor sahariano, he decidido hacer planes de chicas solas. Vamos a piscinear toda la tarde con el Hada Madrina. Nos vamos a ir de rebajas juntas, a tirar de tarjeta para que el PNSN se arrepienta de habernos dejado solas, vamos a ver Bridget Jones y el vídeo de la boda una u otra vez con un bote de helado de nuez de macadamia y la caja de kleenex cerca. Porque la NSN caerá dormida en un momento dado, satisfecha de sus días de amor maternal, pero ¿yo dormir? Ja! Las películas de terror que nunca he visto y las que me imagino seguro que me mantienen en vela hasta altas horas de la noche debido a la ausencia del hombre de la casa.
LLAMAMIENTO AL PNSN:
«PNSN allá donde estés recuerda que tienes una mujer, que los chupitos no son buenos y que los toros menos aún. Con cabeza PNSN, ¡con cabeza!».
* La familia típica trumaniana ya está abandonando su residencia de cartón piedra en busca del sol y el mar. Truman empieza a quedarse vacío, ya mismo se convertirá en el barrio fantasma y eso sí que da miedo…
La niña sin nombre y sin padre por unos días.
Historias para no dormir: lo que el ojo no ve…
Desde qué pasó lo que pasó, ya nada es igual… Después de un par de objetos perdidos en Truman Residence sin paradero desconocido, tuvimos que ponernos serios con Miss Nicaragüense. Ella es consciente de la falta de confianza que amenaza el hogar de la NSN. Y hemos tomado medidas estrictas ambas partes contrayentes.
Yo vivo pegada a un móvil, sólo por y para ella. Ademas de la carta de mi puño y letra que le dejo cada mañana, dándole el parte actualizado al minuto de cualquier novedad en la vidorra de la NSN y en este nuestro hogar, estoy conectada al Whatsapp, sabiendo en riguroso directo cualquier movimiento: cuánto come, cuánto duerme, sus últimos hits, los pañales usados, sus nuevos palabros… Pero esto es una práctica normal y rutinaria por el bien familiar.
Hasta aquí todo correcto, el problema llega cuando Miss Nicaragüense da rienda suelta a su ojo tras el objetivo. Después de sus pinitos como florista-recolectora-de-rosas-y-flores-preciosas de la zona ha decidido reconducir su carrera hacia otros derroteros. Y ha visto en la fotografía un camino de proyección personal.
Cada mensaje que recibo va acompañado de una foto:
> Foto de la NSN 1: «mire la niña guapa». Foto a las 9 de la mañana cuando la NSN deambula feliz cual perdiz después de su biberón mañanero.
> Foto de la NSN 2: «mire la niña bailando». La NSN va activándose según pasan las horas y da libertad a sus nuevos bailes y gorgoritos.
> Foto de la NSN 3: «mire la niña feliz en su columpio». A media mañana ya han hecho su entrada al parque trumaniano Miss Nicaragüense y la NSN, dispuestas a tirarse en la arena y compartir un rato con sus amiguitas asiduas a este espacio de uso y disfrute.
> Foto de la NSN 4. «se lo comió todo». Foto cenital del plato y las cuatro cucharadas de comida que la NSN decidió espurrear porqueledalaganaypunto.
Así hasta 10 fotos de media de la NSN diarias. No diré que no me hace ni pizca de gracia que en Nicaragua (Managua) estén rulando las fotos de mi hija sin ningún pudor. Pero, bueno, hasta aquí todo seguiría estando correcto, al fin y al cabo es en beneficio de mi salud mental. El surrealismo llega a límites insospechados cuando Miss Nicaragüense va al parque por la mañana o baja a las zonas comunes por la tarde. Ella se dedica a inmortalizar a todo trumaniano que se le cruza en el camino.
> Foto con trumanianos 1: «mire su amiga Fulanita».
> Foto con trumanianos 2: «mire dándose un beso con su amiguito». La afición de la NSN por besar a los niños en la boca lo dejaremos para un análisis posterior.
> Foto con trumanianos 3/ 4 / 5…: «mire como juega a las cartas, a la pelota, al corre corre… con Pepito o Fulanito».
Vamos, que me podría hacer un álbum digital con el resto de niños trumanianos por meses o empapelar el cuarto de la NSN con ellos como si de una quinceañera y sus novietes se tratara.
Ante esto saco mis propias conclusiones, ya me contaréis las vuestras:
CONCLUSIÓN 1. PROBABILIDAD MUY MUY ALTA. Sí, he pensado lo mismo, la NSN vive muy pero que muy bien. Viendo su día a día en fotos, «eso es vida amiga y los demás aquí estamos…».
CONCLUSIÓN 2. PROBABILIDAD MUY ALTA. Las fotos pueden ser falsas, retocadas o trucadas, a saber si Miss Nicaragüense aprovecha sus ratos muertos, entre sueño y sueño de la NSN, para darle al Paint o al Photoshop CS5 y con un poquito de tampón y de varita mágica… voilà.
CONCLUSIÓN 3. PROBABILIDAD ALARMANTE. A la espera quedo, otra vez, de que peguen en mi puerta, para arrestarnos a la familia entera por práctica poco decorosa y ética. Son menores y no se puede usar sus fotos por beneficio propio. Sí yo lo sé. Pero es dejar libre la pasión de Miss Nicaragüense con la fotografía o tener otra conversación seria con ella. Y yo, con este calor, no estoy para nada. Ni para hablar.
La niña sin nombre con fotos de todo Dios.P.D. Si es usted o su hijo trumaniano uno de los afectados, no se preocupe que las fotos que no son de la NSN las borro inmediatamente, no quiero tener material peligroso en mi poder.
* A ver NSN, sonríe un poquito que si no tu madre va a sospechar de Miss Nicaragüense, que ahora ha salido un momentin a dar una vuelta sola sin ti en busca de amistad.
Historias para no dormir: inauguramos el summer time en Truman
Y llegó el día. El sábado abrieron la piscina en Truman Residence. Todo un acontecimiento social para los habitantes. Ese día marca un antes y un después en la vida de cualquier trumaniano que se precie. Las tardes y los fines de semana ya no serán igual para esta especie en estas semanas de calor venideras. Todo se verá alterado. El patrón de conducta está cambiando y este lugar se convertirá en su hábitat natural.
Ahora los días serán más largos, el trumaniano de a pie se aferrará a las horas de luz intensa y no se moverá de las zonas comunes, llámese área de recreo y disfrute, hasta altas horas de la tarde. Los primeros días se vivirá con una intensidad desmedida. De 11 a 3 y de 5 a 9 es el horario oficial. Después de dos años de observación y trabajo de campo en este periodo estival, empiezo a preocuparme por la supervivencia de estos seres llamados vecinos. He llegado a contabilizar 10 horas seguidas sin descanso en familias enteras, progenitores e hijos (tres de media), la mayor parte del tiempo sumergidos en el agua comunitaria y el resto interactuando. Siempre he creído que los trumanianos eran seres superiores, cuasi perfectos. Y en esta época del año lo corroboro, no sólo por el poder de estar tantas horas bajo el sol y mantener su piel perfecta y sin enrojecer, mientras yo me dedico a perseguir a la NSN a pistoletazo limpio de protección total; no sólo por ser capaces de no comer y permanecer en el área de recreo y disfrute como si tuviesen pilas inagotables, estómagos de cartón piedra y sonrisa permanente, sino, y lo que es mucho peor, por ser seres, en este caso madres, exentas del MAL: la celulitis o grasas saturadas. Ellas, todavía en cuarentena de su tercer vástago, lucen tipazo en bikini con una naturalidad que da terror, te miran con sonrisa y ojos descansados y te preguntan qué edad tiene tu pequeña, como diciéndote con la mirada castigadora: «¿piensas dejarla hija única?».
Tú contestas con voz temblorosa: «18 meses». Y a punto has estado de mentir en la edad, pero la realidad es aplastante y la NSN está de muy buen ver. Ella luce roscas y curvas orgullosa, para no dejarte mal a ti y que quede claro de quién es hija esa pequeña intrusa, que se sale de los cánones marcados. Hija de una malamadre que ayer tuvo pánico de quitarse el caftán y lucir piernas esculpidas por un invierno de excesos y malas prácticas deportivas.
El sábado me resistí, buscando al PNSN (él no tiene complejos, es un macho ibérico de los de toda la vida) planes alternativos en Baltimore, lejos de la pose y el nuevo escenario de plató comunitario. Pero el domingo, no había escapatoria… Así que a las 12 bajábamos a la quema. La NSN ataviada con su conjunto playero empezó a interactuar. Porque ¿para qué íbamos a tener una niña que se queda quieta en su cachito de sombra?, ¿para qué? Ella va de una toalla a otra, cogiendo móviles, juguetes y dando guerra, mientras su abnegada madre se ve en la obligación de lucir cuerpo en bikini detrás de ella pidiendo disculpas por lo pesada sociable que nos ha salido la pequeña heredera.
Ya está superado. El primer día es el peor. Ya me he dejado ver, dejando claro que no soy madreperfectatrumanianadepro. Ahora todo será más fácil, entre otras cosas porque he decidido cenar sandia toda la semana para mimetizarme con el entorno dentro de unos años. Bueno el miércoles no, que tengo cena, el viernes tampoco que tengo amigos en casa, el sábado tampoco que tengo fiesta. Pero oye que esto de las calorías es muy psicológico y yo estoy concienciada que es lo que cuenta, ¿no?
Esto de la apertura del Summer Time va a dar para mucho, os lo advierto, sobre todo, teniendo en cuenta que hasta el 15 de agosto, el área de recreo y disfrute trumaniano será mi único oasis que me salve del suicidio.
* Pelo de peluquería, metiendo barriga, sonrisa y podrás pasar por trumaniana común en un día de piscina y sol.
La niña sin nombre y con manguitos.
Historias para no dormir: el Despúes
6 de la mañana. Me pongo en pie en tierra santa para en una hora poner rumbo a la ciudad en la que comencé a diseñar mi rutina ya hace 10 años. Me llevo el beso del shérif y de la abuelita que se despiertan para decirnos «hasta mañana y adiós».
7.50 de la mañana. Después de repasar el periódico que me han dado en el AVE y sumirme en la desesperanza de un país donde todo son malas noticias, con la sombra del enchufismo de un follonero que dejó Andalucía a la altura de la babucha, decido cambiar de tercio, anestesiarme y pensar en mi pequeña, esa niña sin nombre que me ha robado el corazón, a tal punto que si me alejo casi 600 km de ella este deja de latir con la intensidad normal y se queda arrugado y sin fuerza.
Pero yo no estoy aquí escribiendo el después de la despedida del Hada Madrina para llorar por las esquinas, poner el grito en el cielo porque me haya dado cuenta de que este fin de semana me ha abandonado malamadre y se ha apoderado de mí la madre más ñoña del mundo. Sí, la he echado de menos a rabiar… Se me han hecho eternas las horas, he llamado 20 veces al PNSN, he hecho dos vídeo conferencias y he recibido fotos de todos sus minutos… Pero he estado en tierra santa y esto, pese a todo, ha sido un trocito de descanso, felicidad y relax.
El sábado por la noche nos recibieron las azafatas del UN DOS TRES con pancartas, cava, globos de helio, sus calculadoras y sus gafas distintivas. ¡Y comenzó la fiesta! Cena, reservado con cóctel en una terraza con vistas a la Catedral y zona VIP en un bar del centro.
Sorpresas, juegos con preguntas comprometidas a la novia… Y una obsesión por recordar las anécdotas del amor y el desamor nos tenían animadas y dándolo todo.
La despedida que ella quería, así fue… Un adiós a la soltería pausado y en armonía, sin stripper, sin broches con objetos colgantes ni tartas fetichistas… Amigas de toda la vida en el lugar de siempre.
* En el tren camino de Málaga listas con nuestras uñas rojas…
* El Hada Madrina con el look que le preparamos para la ocasión: chaqueta de rayas, chistera negra… La pobre iba tan despistada que pensó que iba de domadora de circo o de sombrerera loca.
* El tarjetón de bienvenida desveló de qué iba la cosa y la HNSN soltó alguna lagrimita…
* El Hada Madrina iba monérrima, con zapatos y bolso a la última… Ya se los robaré.
* En la estación nos esperaban las azafatas del Un, Dos, Tres con sus calculadoras de colores y sus gafas retro.
* La caja estaba llena de sorpresas para el Hada Madrina… Pero además Hija no hay más que una preparó estas galletas de la querida Ruperta y unos cake pops riquísimos. ¡Es una artista!
* Después de la cenita, nos fuimos a la terraza de moda con vistas a la Catedral a que nos prepararán un cóctel, por lo visto, ganador de un premio y que llevaba de todo todo todo… Y si pensáis que no, mirad la siguiente foto… Le faltaban sólo los pétalos de rosas rojas… Quizás el premio era al cóctel con más aliño… ¡Madre mía!
* Y después del sábado de fiesta, llegó el domingo de sol y relax…
* Y en 12 días volveremos a tierrasanta para el Gran Día… Os dejo con el trajecito que lucirá la NSN… #suspirosdeamor
* Aquí dos de las azafatas del Un Dos Tres… El Hada Madrina y yo.
¡Feliz semana!
La niña sin nombre.
(diario de) malamadre: ¿parque o… parque?
De un solo día de visita al parque infantil trumaniano sacar conclusiones es precipitado, inconsciente e impulsivo. Pues sí. Pero la primera impresión es la que cuenta ¿no?
Así que aquí algunas cosas que NO puedes hacer cuando vas al parque:
– No puedes ir al parque infantil sin kit de playa. Es fundamental para que la NSN le saque partido a ese terrizo infernal. Aunque os diré que no hay nada más triste que utilizar la pala y el rastrillo lejos del mar.
– No puedes ir al parque infantil como si la niña fuera de domingo. No tiene ningún sentido, aunque mucha madre trumaniana no nos vaya a hablar porque las zapatillas no son de este mundo.
– No puedes ir al parque infantil sin llevarte la casa a cuestas. Es fundamental, fundamental, cogerte la toalla de la playa, el kit de juguetes completo, la bici, la excavadora, el perro, la niñera y meterla en una bolsa gigante de esas de transporte para llegar allí preparado.
– No puedes pisar el parque infantil y pretender que la NSN vuelva sin un grano de arena en su cuerpecito menudo… Hay que unirse al enemigo, rebozarse y pensar que esa tierra es limpia y maravillosa, traída de las profundidades del océano más cercano.
– No puedes llegar al parque infantil tarde. Hay que ir prontito, con el solano o, en su defecto, dejar la toalla y la sombrilla colocadas cual domingueros. Porque si llegas tarde, ¡ay si llegas tarde amiga!, todo el pescado está vendido, no cogerás un columpio ni aunque sobornes a los pequeños con cientos de aspitos, que ahí están las madres acechando: «Pepito, yo voy detrás tuya. Esa con cara de china ¿¿quién es??». Y la pobre NSN se tira al suelo y patalea, con toda la razón del mundo por esta vez.
– No puedes ir al parque infantil sin primero adoctrinar a la NSN de dos cosas que no puede hacer en un parque infantil:
1. No puede abrazar a los niños que no conoce. Denota demasiada falta de afecto o apego. Y eso no me deja bien.
2. No puede quitar a los niños la pala empujándolos porque no es una conducta apropiada. Dar un abrazo y luego empujar me deja peor aún. No hay que levantar sospechas.
Así que hoy no vamos al parque, hoy vamos de visita al chino trumaniano, a hacernos con un kit de supervivencia: pala, rastrillo, cubo, todo aquello con lo que podamos comprar la amistad de los pequeños trumanianos, mimetizarnos con el entorno y parecer unas más de su especie; un impermeable lo bastante hermético para que cuando lleguemos a casa los gérmenes del parque no contaminen nuestro hogar, unas gafas de protección ante la sacudida de arena de los pequeños terremotos que allí se concentran. Y, lo más importante, practicar el guión de conducta, que así no sobrevivimos ni un día más.
Lo que sí me ha llamado la atención es que dentro de la especie trumaniana se divisan distintas subespecies. Curioso, cómo en un mismo hábitat conviven madres tan dispares: las había con bolsos de Louis Vuitton, con mochila cruzada de rayas y con maletín negro de portátil o IPad bajo el brazo. Pero para ser más precisos, estudiaremos sobre el terreno e intentaremos interactuar con ellas…
¡Deseadme suerte!
* ¿No se dan cuenta de la peligrosidad del parque infantil? El miedo en el cuerpo…
Si quieren leer una guía práctica de cómo sobrevivir o al menos intentarlo lean el desmadre AQUÍ.
La niña sin nombre.
(diario de) malamadre: «bocaítos» de amor…
Pero bueno, después de esta reflexión absurda e innecesaria… Una malamadre como yo, que ayer vio a su hija una hora en todo el día, venía a contaros que le preocupa la NSN, concretamente, la NSNdestroyer porque ha cogido un hábito poco saludable, sobre todo, para su malamadre.
Cual cobra de la selva abre la boca al máximo, moviendo su cabecita (preciosa, por cierto) lateralmente, como con ansia incontrolable, y me muerde. Esto al principio era en la cara y yo pues pensaba: «me quiere tanto, me echa tanto de menos, la pobre mía, que me quiere comer… Qué ricura…». Y lo dejaba pasar. Pero el lunes, ya se encendió la luz de emergencia…
Estaba yo intentando ponerme al día de mis emails en mi rinconcito del salón, ese que ella tanto odia y se vino a mi lado, como de costumbre. Como un perrillo pachón suele ponerse en mis pies jugando con algo, lo que me parece una postal de lo más entrañable… Aunque realmente después de todo el día un rato jugando con ella, ahora era el momento del PNSN, que se escuda en: «¿qué quieres que haga?, si quiere estar con su madre…
Así que nada, como de costumbre también, se desplazó hacia los cables… Y por ahí sí que no paso, que esta niña con lo que le gusta chupar los cables… nos lleva en un chupeteo sin maldad a la ruina. Rápidamente le dije «NSN no. Eso no se toca!!!!». En un tono medio, no os vayáis a pensar, y la pequeña, sin que me lo esperara, me pego un mordisco en la cadera, que aún me duele. Os prometo que me llevé tal susto que por poco tiro el portátil, y de la impotencia del ataque de mi little princess se me cayeron los lagrimones. Al ver mi cara, ipso facto, corrió a las piernas de su padre en busca de aliado, pero no lo encontró.
Y lo peor de todo es que me estoy dando cuenta de que comienza en serio ya la educación y hay que ir estableciendo unas pautas que determinen el camino que queremos llevar en esto del educar y eso me da aún más pavor. Todo era más fácil hace unos meses, cuando bebía biberón, se movía poco y, sobre todo, no gritaba ni mordía.
Pero para acabar con un suspirito de amor, mi niña, la buena, me da unos besitos terminados en un «mua» que me derriten y ella toca las palmitas porque eso sí esta bien, muy bien.
Feliz segundo día primaveral.
* Desde que ha aprendido a dar besos, le da besos al Pocoyó, a Elephant y a los niños que se encuentra de vez en cuando, pero sobre todo a mí y muero de amor…
La niña sin nombre con colmillos afilados.
Historia para no dormir: Antoñita La Fantástica en versión Sirenita
Ayer fue un día intenso, como tantos otros. Salí corriendo, cogí un taxi corriendo, llegué corriendo y… la vi. Su carita de felicidad me recibió con la intención de no despegarse de mí en las tres próximas horas. Me despojé de mi sentimiento de #malamadre y me puse el traje de #madreinlove.
El PNSN no estaba, así que comenzamos solas la rutina. De repente me iluminé, me visualicé protagonizando uno de los míticos anuncios de champú de Johnson&Johnson. ¡Cuánto daño ha hecho en mí la publicidad! Madre e hija jugando con la espuma de un baño compartido, donde no existe el picor de ojos y todo es felicidad.
Mi cansancio extremo y mi neurona borracha pensaron en ese justo momento que era la mejor de las ideas. ¡Una súper idea! ¿Qué digo? La mejor de las ideas posibles, así que al agua patos. Después de llenar la bañera con la NSN pegada a la pantorrilla cual lapa, nos sumergimos en el oasis. Todo era paz hasta que me di cuenta de que:
> No es tan fácil bañar a la NSN, a la misma vez que yo me intento bañar o lavar a lo gatuno.
> Que el agua de mi bañera no es como las de los anuncios: agua termal, con humito, olor a algas marinas, espuma espesa y burbujas mágicas… En un microsegundo el agua se tornó turbia. No culpo a la NSN, no decía alguien por ahí que eso de hacer pis en el baño tenía su aquel, aunque creo que la NSN fue más del susto.
> Que la cara de susto de la NSN lo decía todo. «Mamá esto no es una buena idea». Los niños son más listos que las madres, huelen el peligro.
> Que salir de la bañera, a la vez que sujetas a la NSN con un pie, te secas con una mano y haces apoyo con la otra es prueba de acceso directo al Circo del Sol, por lo menos.
Así que pasó lo que tenía que pasar. Gracias a que Miss Nicaragüense nunca coloca los antideslizantes bien en la bañera (a alguien había que echarle la culpa) pegué un resbalón, que porque Fray Leopoldo desde la mesita de noche me protege no acabó en tragedia, ante la mirada expectante de una NSN tiritando en la bañera, con su cuerpecito medio enjabonado fuera del agua, jugando con uno de esos antideslizantes en sus manitas.
Con un susto que «pa’ mi se queda» (y para la NSN de por vida), con el pelo chorreando, medio cuerpo limpio y el otro medio vete tú a saber, conseguí el equilibrio de nuevo, saqué a la NSN de la bañera y respiré profundo…
* Si tienes un día intenso no te duches, por un día no pasa nada, pero no inventes e idealices escenas bucólicas, que sólo tienen final feliz en la gran pantalla. Sigue la normativa trumaniana: espera al PNSN, no te quites la ropa y, sobre todo, no saques a la NSN de su bañerita.
La niña sin nombre.