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Historias para no dormir: la fiesta del Mango tropical.

Este post no es apto para:

> Los que estéis comiendo en este preciso instante, que ya os vale, así no hacemos nada con la operación trikini.
> Los escrupulosos que no pueden ver sangre, vísceras o restos orgánicos.
> Los cobardes que se vendan los ojos para no descubrir la raíz del problema.
> Y, en definitiva, no es apto para todo aquel que quiera dormir a pierna suelta y no tener pesadillas con la fruta tropical.

Os pongo en antecedentes. Día 12 de febrero, después de un día agotador, llegó a casa. Me recibe con un abracito de osito amoroso la NSN en brazos de Miss Nicaragüense. Como cada día experimentamos el mismo teatrillo casero cuando Miss Nicaragüense se dispone a marcharse a su hogar. La NSN se pone a llorar, se tira a sus brazos y yo tengo que sacar mis dotes de actriz de tres al cuarto y soltar unas lagrimitas de cocodrilo para que la NSN se quede conmigo tranquila y le cierre la puerta a Miss Nicaragüense… Y así cada día.

Los martes son días duros, es el día después de los lunes, que aunque yo intente autoconvencerme de que son #lovemondays no lo consigo ni por asomo. Y los martes son días especiales que, sí o sí, me toca plan de madre soltera hasta las 10 de la noche o más.

Cuando parecía tener la situación bajo control: niña bañada, peinada, en pijamita, cenada y tomando su bibi… de repente… un eructo, salido del alma de la pequeña NSN, rompió el silencio sepulcral de Truman y alrededores, y comenzó la fiesta. Desde el Kindergarten la NSN no echaba un eructo de tal magnitud, pero no se olvidan, ¿cómo olvidarlos? Y sabes a ciencia cierta que son preludio de una fiesta. La fiesta del vómito, así que me apresuré hasta llegar al fregadero, para llegar al lavabo ya era tarde…

No fue un vómito normal y aquí empieza la parte censurada, fue un vómito con complicaciones, la NSN mostró signos de ahogamiento en dos ocasiones, que me pusieron el alma en vilo. Dos trozos de algo querían ver la luz del exterior, pero se resistían… Después de llenar toda la cocina: suelo, encimera, grifos, pared y trapo de cocina de puré, leche y derivados, salieron de su interior dos trozos de algo anaranjado, que no lograba adivinar qué era. La NSN había comido su puré de carne, había merendado su papilla de fruta y cenado su cremita de verduras… Así que lo sólido no tenía cabida en su dieta de ese día.

Me puse el traje de Miss LaGuerta y comencé a diseccionar el cuerpo extraño expulsado. Después de pruebas, conjeturas, de examinar el cubo de basura, los cajones del frigorífico, descartar posibles alimentos y echar un vistazo al frutero, llegué a una conclusión, que corroboró la prueba gustativa del trozo en cuestión… Sí, vamos que lo probé, pero estaba entero, lo lavé antes y lo que más me llamó la atención es que no me dió reparo, porque mi preocupación ensonbrecía cualquier escrúpulo. Tenía que saber qué había pasado.

Miss Nicaragüense había decidido horas antes invitar a la NSN a la fiesta de la fruta tropical… La NSN se habría dirigido supuestamente cerca de ella y le habría pedido un poco. Miss Nicaragüense, que se cree mamasita a tiempo completo (no la culpo), habría supuestamente dado un par de trozos de su mango (fruto oval, arriñonado, amarillo, de corteza delgada y correosa, aromático y de sabor agradable…) a probar a la NSN. Pero no una puntita, un pellizquito, no, sino dos trozos enormes que, gracias a Dios, la NSN consiguió tragar…

¡Ay! Miss Nicaragüense, de repente lo entendí todo. Te tienes ganadas las despedidas de la NSN gracias a la fruta tropical o, lo que podría ser peor, las tienes ganadas gracias a cualquier alimento que le estás dando sin consultarme.

Ni que decir tiene que esta mañana la presunta culpable se ha quedado pálida, como la NSN se quedó en el momento de los hechos, al enterarse de lo ocurrido.

Y ahora yo tengo pesadillas con la NSN rodeada de frutos tropicales, de pasteles, de alimentos de todo tipo que la rodean y que son la causa de sus piernas rollizas…

Conversing Woman Carrying Bananas on Head

* «Mamasita, que aquí en Truman no le dan fruta tropical a trozos a los bebés… Aquí es muy extraño todo».

La niña sin nombre.