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El Hada Madrina: Con Converse y a lo loco

Yo soy de las que siempre he pensado que ser madre trabajadora e ir perfecta a la calle era compatible. También soy de las que me suelo tragar mis propias palabras, ya me lo decía mi madre que en boca cerrada no entran moscas, ella es mucho de refranes. Y ahora que, aunque no soy progenitora ni nada, custodio a gordi tres horas diarias, me he dado cuenta de varias cosas:

1. Nada de plataforma, taconcito ni sandalia mona que valga. Mejor unas deportivas a ser posible converse, combinan muy bien con el short vaquero que suelo utilizar en mis viajes a la guardería trumaniana. Deben pensar que soy nanny y voy de uniforme. Esto me recuerda a mi época de universidad en la que me dio por alternar pantalones negros de esos de tela que se estilaban en los noventa, pero eso es otro cantar… Así que mis queridas converse son mi mejor aliado para los interminables paseos post colegio de gordi que sino no hay manera de calmarla ni de que se duerma… Nota: Aún yendo con short sudo más que un pollo, y aún llevando converse mis pies acaban reventados, como para ir en plan soy tía pero con estilo.

2. Nada de bolso,  ni siquiera bandolera. Bastante con cargar con la NSN y la mochilita colegial  de gordi, mi móvil, la tarjeta de recogida con foto,  la llave del coche, la de la casa de la madresita y unas galletas para ir seduciendo al personal.

3. Nada de complementos. Yo soy mucho de collares, cinturones, anillos, pulsera, relojes, justo todo lo que le encanta a gordi chupar, arrancar, tirar o machacar. Y yo que soy un poco locuela con mis cosas,  guardo cada complemento en una bolsa independiente para que no se estropee,  paso palabra y voy en plan minimal extreme.

4. Nada de pelo suelto ni melena al viento. Gordi me lo chupetea y tira de él como si fuera una piñata y encima se parte de risa. Así que coleta al canto.

5. Y nada de descansar ni un segundo, si quiero beber agua, gordi, que es muy envidiosa, necesita beber y hay que llenar el biberón, si quiero ir al WC, tengo que coger a gordi encima mientras me mira estupefacta y me tira de las braguitas, si quiero un té o un café, danger, gordi abre la boca e intenta volcarse la taza encima, con lo cual ni beber ni comer ni nada. La NSN abre la boca hasta cuando cojo el tarro de la colonia, ella no le hace asco a nada me recuerda a su hada madrina, osease a mi, que me crié muy lozana.

6. Por supuesto, nada de llevar mis mejores camisetas que gordi que es muy suya, cuando no quiere comer más te lo espurrea encima y a otra cosa mariposa.

7. Nada de gym, ¿para qué? Con portar, meter  y colocar en coche de tres puertas los nueve kilazos de la NSN y pasear cuesta arriba con carrito, por muy Bugaboo que sea, alrededor de Truman al solano, recordad sudando como un pollo aunque no sea muy glamouroso, no te hace falta más.

Puedo prometer y prometo que cuando sea mamasita iré perfectamente conjuntada, recuperaré mi figura en cero coma y pasearé triunfante por las calles del Baltimore… Bueno mejor me callo ¿no?

[Palabra de MNSN]
Yo le he dicho que sí, que mejor que se calle. Y que recuerde cuando me decía, no hace mucho, que ella prefería tener gemelos/ mellizos para tenerlos de golpe y pasar solo un embarazo. Qué lista ella, se creía que esto era como coser y cantar. Creo que de decir esto también se está quitando…

Esta reflexión del Hada Madrina fue como crónica de la semana pasada, porque a día de hoy martes la NSN no ha pisado la guardería esta semana. Así que el Hada Madrina ha estado en casa con ella de cuarentena. Por favor, queremos crónica de estos días conviviendo con los viruses malignos a jornada completa en Truman Residence. ¡Hada Madrina te esperamos!

*El hada Madrina a la derecha con sus amigas niñeras trumanianas a la salida del Kindergarten. Ella es más arriesgada e innova en su vestimenta.

La niña sin nombre.

El Hada Madrina: Truman Residence y el maíz transgénico

Ahora que vivo en Madrid, me paso los días de Baltimore a Truman Residence y de Truman Residence a Baltimore every day. Nada tiene que ver Baltimore con Truman Residence y las diferencias saltan a la vista a cada paso que uno da por el maravilloso barrio de cartón-piedra en el que placen tranquilamente gordi y sus progenitores.

Como estoy de mini vacaciones y me da penita que little esté tanto tiempo en la guarde la recojo antes, por cierto ¿para cuándo una conciliación laboral-familiar real? (tenía que decirlo). Total que ayer fue el primer día que rescaté a la NSN. El cole es perfectito, no podía ser menos en Truman, la gente casi ni habla ni casi se mira a la cara, solo espera paciente que den el toque de queda para recoger a los cachorros y digo cachorros no porque me haya vuelto una cursi sino porque los pobres niños esperan ansiosos cual animalillo luchando por ser adoptado. Fue abrir la puerta y todos comenzaron a gatear, andar o correr con ganas de salir pitando y me da a mi que les daba igual si se lo llevaba su padre, madre, abuelo, abuela o cualquiera que apareciera por allí.

Gordi, que es la más peque, nació como bien sabéis el 9 de diciembre, estaba al fondo en brazos de una de las profes con cara de estupor por ver a los locos de sus compañeros histéricos. La seño, que creo me confundió con mi hermana, ni me pidió la tarjeta ni nada y se lió a contarme todo lo que hizo gordi, que si comió, defecó, que si es muy mayor, etc etc. Yo puse cara de ‘madre lo entiendo todo’, agarré la mochila y me largué de allí. Gordi feliz al salir a la calle cual reo cuando sale al patio, le di un galleta como premio, bueno y para que no llorara mucho cuando íbamos en el coche, de 3 puertas por cierto, no comment…

De allí, muy contentas y cansadas ambas dos, no fuimos de paseo y de allí al Mercadona. En Truman si eres madre todo son sonrisas infinitas, es llevar el carrito con gordi dentro y todos te cruzan miradas de alegría, y si ya te metes en el supermercado y llevas carro con niña y carro con comida eres el ejemplo a seguir a modo de mujer estadounidense de los años 50 con vestido a lo Mad Men. Y fue allí comprando cuando me quedé pasmada con el personal trumaniano y quise salir corriendo hacia Baltimore.

Dos niños pedían a gritos a su perfecta madre que querían mazorcas de maíz, la mamasita que no, los niños que por qué no, la madre que porque era transgénico, los niños que qué es eso, la madre que eran alimentos modificados genéticamente, y soltó un discurso sobre tenemos que comer sano, verduras, frutas, todo muy ecólogico, sin pesticidas, sin aditivos, sin nada de nada. Acto seguido cogió dos envases de uvas sin pepitas, que tengo mis dudas de si serán transgénicas, y un bote con piña natural que en tarro de plástico debe ser más natural que una piña normal, digo yo.

Anda ya. ¿Qué niño de 4 años se pelea con su madre por unas tristes mazorcas de maíz transgénico y no por un helado del McDonalds? Truman es mucho Truman. Hasta mañana y adiós.

*Familia trumaniana saliendo del hiper con sus productos eco-biológicos… Pero que no os engañen, el McDonald’s trumaniano está de bote en bote los domingos. A mí no me engañan.

La niña sin nombre y su añorada Hada Madrina.

El HNSN: En busca de gordi en un avión de doble hélice

Viaje: 1 hora 35 min. en avioncillo
Ganas de llegar: incalculables
Ganas de ver a gordi: incalculables. Verla significaba llegar viva.
Ganas de comprarme un AVE: incalculables.

A 24 horas de coger otra vez mi maletita rumbo a Los Madriles, allí me espera la siempre sonriente gordi y como no mi parteneir, aún no me he recuperado del viajito de la semana pasada. Yo que soy para los aviones como Woody Allen para las carreteras británicas me saque un vuelo ‘low cost’ hace un par de meses.

Hasta ahí, muy feliz. El avión salía a las 16.45 horas, pues a las 15.15 la HNSN, que es muy apretada, con su maletita se disponía a sacar la tarjeta de embarque sin saber lo que se venía encima, ajena a todo, y pensando en subirse a un avión comercial de los normalitos donde llegar a la capital en 45-50 minutos. Primer problema, la maletita, minúscula, de fin de semana, para no tener que facturarla la tuve que facturar. Sudores fríos, siempre pierdo la maletita allá por donde voy. Pienso en positivo y continúo con el proceso aeroportuario. Me quito las botas, el cinturón, el collar, el reloj, sacó el iPad, los líquidos y tiro como puedo y descalza de dos descomunales bandejas más el bolso. No pito, menos mal, me lo pongo todo encima y busco la puerta de embarque. Antes un café con leche de soja del Starbucks, si soy muy rara. Prosigo contenta hacia el embarque. La chica, que había facturado las maletas de los pasajeros, viene corriendo y también realiza el proceso de entrada del avión, cosas del low cost, pensé. Nos hacinan en la escalera de bajada de la pista donde un bonito autobús con los cristales rotos nos llevaba al punto de salida. Más nervios.

Cuando llegamos me encuentro una avioneta de juguete con doble hélice, terror, empiezo a hiperventilar y me dan ganas de pedir en plan histérica que me devuelvan al Starbucks. Una HNSN que se precie se la juega, todo sea por gordi, y me quedé inmóvil. Y allá que nos montamos, la gente con cara de póquer, yo que mido 1,70 casi chocaba con el techo, los asientos pequeñitos, de dos en dos, con pasillo estrechísimo y WC propio de los enanitos de Blancanieves, eso sí las azafatas llevaban un modelazo súper fashion y bastante abrigadito para los 30 grados que caían fuera, bueno el aire acondicionado lo arregalará pensé erróneamente de nuevo. La avioneta con aspiraciones de avión no llevaba aire acondicionado, se movía que daba miedito miedito, la puerta que conducía a la cabina de pilotos se abría y cerraba y el ruido del motor era ensordecedor. Entonces me acordé de las aerolíneas rusas, africanas, indias, y de que una Navidad que pasamos en Panamá me monté en un artefacto peor. Me relajé. Sólo un rato.

Entonces nos dieron un zumo de piña caliente que me tomé pensando que estaba frío, y comenzó el descenso con sus botes y todo. Sudando como un cerdo viudo y con los ojos cerrados me empecé a marear y a beber agua. De repente, el cacharro aterrizó y le eché al pasajero de al lado todo el agua encima Pedí disculpas y sólo me dijo: lo peor ha pasado. Y llegué a la ciudad de gordi, blanca, sudorosa. Al día siguiente me dirigí a Truman Residence a ver a gordi, me recibió con un gran bocado sobre mi nariz y arañándome la cara. Gordi la doble hélice a punto de estrellarse mereció la pena.

Gordi: 5 meses y 15 días.
Tamaño: Más larga y más roscas.
Cambios observados: Se sostiene cual monillo con la espalda medio derecha y con cara de pavor. El cuello lo mantiene tieso.
Conclusión: Se me cae la baba.

Mira, que le tengo dicho al Hada Madrina que lo barato sale caro… Ahí la véis en su aterrizaje forzoso… Sí es que ver a la NSN le ciega… Un día de esto no lo contamos…

La niña sin nombre en Facebook.

El Hada Madrina: Gordi es una cauliflower

Gordi apunta maneras. Con 5 meses pesa más que una garrafa de agua de 5 litros,  ha sobrepasado los 7 kilos y en la farmacia trumaniana todo son alabanzas, le echan dos o tres meses más (un pequeño sano, gordito y sonrosado es muy bien visto en tan peculiar barrio, forma parte del listado de normas a seguir por sus singulares habitantes).
En cualquier caso, manejar a la señora empieza a ser costoso para la salud. Sus mofletones y las roscas de las piernecitas (piernecitas por aquello de que es un bebé) la delatan. Además, estos calores la han pillado muy desprevenida y se pasa el día protestando y sudorosa sin saber muy bien porque tiene tal bochorno.
Querida gordi, le digo yo que del tema sé un rato, aunque estás preciosa las carnecitas que acumulas algo tienen que ver. Ella mira con pavor temiendo que cuando deje de ser un bebé la someta a alguna operación bikini de las mías o le compre una cinta de correr y la obligue a una vída espartana.
Por el momento, se hace la sueca y muestra su cuerpecito serrano día y noche, solo quiere que la dejen vivir en pañal y sobre una mantita en el suelo al fresquito que para eso es un bebé y los bebés pueden permitirse estar gordos y encima ser bien vistos, quien fuera gordi que encima se siente modelo, eso sí de los pósters de Anne Guedes donde podría triunfar en cualquiera que fuera el montaje fotográfico.
Y es que gordi eres una cauliflower.
* «Mamá, estas piernecitas carnosas y estos deditos tan monos que tanto te gusta achuchar y dar «bocaítos» necesitan su mantenimiento, la dieta Dukan esa que la haga el Hada Madrina y quien quiera que yo tengo que cultivar mis roscas…».
(Foto real, tomada el día de nuestro peregrinaje a La Pradera)

El HNSN: Gordi es una señora y otras historias de un puente trumaniano

Que gordi es una señora con vocación de señorona es por todos sabido en Truman Residence. Este puente de mayo nos hemos tirado a la carretera toda la family al completo con ganas de gordi y, por supuesto, que hemos tenido tiempo de julandrearla (esta palabra me la he inventado, es algo así como pasearla, jugar con ella, todo ello elevado al cubo).  Gordi puso cara de estupor cuando nos vio aparecer, parecíamos una escuela de payasos salidos de un coche muy pequeño con narices, gafapasta y un claxón en la mano. Ella, que es muy señora, nos miraba con cara de extrañeza y decidió girarse hacia otro lado, no le interesaba tanta fiesta injustificada.

Gordi acostumbra a pasar los días con Mary Poppins en su barrio tranquilo, sin ruido, donde la juerga más arriesgada es dar largos y bonitos paseos por el barrio sinfín. Así que, allí, en casa de la MNSN se quedaron los PMNSN, osease los abuelos. La abuela, a la que le conozco los manuales de doctora y meteoróloga en casa, llegó con el libro gordo de MMNSN con todo tipo de instrucciones y métodos adivinatorios para descifrar códigos de gordi y todo empezó a cambiar o eso dice porque creo y sospecho que se inventa cosas para erigirse como la gran cuidadora de gordi, yo discrepo, me prefiere a mi, juas juas. En un mes, no la veo desde Semana Santa, gordi ha dado un salto cualitativo en sus habilidades, miedo me da cuando ande…

Pero a lo que íbamos, yo soy su preferida después de su madre, o más bien creo me confunde con ella, es verme y comenzar a volverse loca chillando y dándome unos particulares besos a modo de bocados por toda la cara y unos tirones de pelo de mucho cuidado, pero no me importa. La MNSN, que se fue con el PNSN a Sigüenza, dejó por primera vez a gordi y se fue de miniviaje, realmente no sé si se fueron muy convencidos, parecía que iban camino del matadero en vez de a un bonito hotel rústico perdido del mundo y sin internet, ¡danger! 36 horas estuvieron fuera y en ese espacio tan corto de tiempo nos llamó en total unas 500 veces, le mandamos 5 vídeos de la gordi y un millón de fotos. Gordi no decía ni mu, ella seguía con su vida observándonos y mucho, ella es la que mandaba, los demás a servir. Que se despertaba a jugar con ella, un rato de muñeco, un rato de gimnasio, un rato de mira tita que ya se cogerme el pie y metermelo en la boca, un rato de cogerla mirando hacia la calle y un rato de vigilarla porque la señora se tira de la hamaca de cuando en cuando.. A continuación, a chillar y vuelta a empezar…

Todo un curso prenatal y a pesar de lo cansado cuando cogimos los bártulos salimos de Truman Residence con las orejas gachas y deseando de nuevo estar a merced de lo que gordi mande. Gordi, por su parte, se vende al mejor postor y en cuanto apareció la MNSN solo se dedicó a babearla y sobornarla para que no se vaya otra vez o, por lo menos, que no se vaya sin ella. Gordi sabionda.

* Imagen de Getty.

Ahora hablo yo (la MNSN)… «Después de la experiencia vivida, que os contaré próximamente, y para evitar morir de un ataque de ansiedad tan joven, no te preocupes NSN que la próxima vez que te diga adiós será cuando cumplas 18 años (o 35) y seas tú la que te alejes de mí, rumbo a hacer las Américas…».

El Hada Madrina: El colegio del barrio de mi hermana, el futuro colegio de gordi

Aunque gordi sólo tiene 4 meses, antes de que naciera ya estaba inscrita en la lista de espera de su futuro colegio. Y ella sin saberlo aún.  Gordi, que entrará a la guardería en septiembre con el inicio del próximo curso, va a formar parte de una escuela con métodos de estudio exclusivos y toda clase de adelantos para que goce de una exquisita educación y saquen partido, sean cuáles sean, de sus habilidades.

Por ahora gordi hace pompitas con la boca, chupa todo objeto que caiga en sus manos, te babea la cara y el cuello si hace falta y toma biberones completos en menos de un minuto, además, mueve su cuerpecito al ritmo de las más estridentes canciones que salen al mercado discográfico. Lo demás está aún por descubrir aunque graciosa es un rato y tiene una Mary Poppins, como diría la MNSN, que, además de muy cariñosa y buena cuidadora,  le canta y le baila, a este paso se nos hace artista  y se nos va a hacer una gira por Soria en cuanto cumpla la mayoría de edad. Yo sería su representante que para eso están las HNSN. Aunque tengo dudas de si esto entraría dentro de las habilidades que contempla las ordenanzas propias de tan ilustre cole, igual nos la marginan o gordi acaba por revolucionar a todo el alumnado que también podría pasar.

Lo más curioso de todo es que entre las normas de acceso hay una por la cual gordi cuando cumpla tres años y pase de la guardería al cole debe tener un HNSN a punto de entrar en la guarde, osea, que la MNSN tiene que embarazarse para finales del año que viene si quiere que todo salga a la perfección o bien alquilar un niño que haga las veces de HNSN, y creo que la productora de El Show de Truman, le podrá facilitar algún niño actor de esos rubios con ojos azules para que acompañe a gordi en su partícular aventura escolar. Por el momento, ella vive feliz en su hamaca chupando cosas y viendo la vida pasar, quien fuera gordi…

* Gordi en unos años junto a su profesora (Srta. Rotenmeyer) muy aplicada (imagen vía corbis).

La niña sin nombre en facebook.

El HNSN: Planteándome llevar a gordi a clases de andaluz

Gordi, que vive feliz en su particular día a día trumaniano, no sabe la que se le viene encima. Aún no dice ni ‘mu’, simplemente balbucea, pero una ya se ha planteado llevarla a clases de andaluz, mas que nada para que se le vaya haciendo el cuerpo, bueno más bien el oído.

Gordi  pasará sus meses de veraneo en Málaga,  junto a la playita. La pobre no sabe que la van a meter en el AVE cada mes de agosto y le van a decir: «chau chau bambina», rumbo eso sí a casa de los abuelos.

En la maleta, además de cubito, pala, bañador, gorrito y crema protectora (mucha, mucha que tiene las cejas pelirrojas) tendrá que meter el diccionario de vocabulario andaluz si es que quiere comunicarse con la población y, en especial, con el abuelo, el PMNSN.

El abuelo tiene un acento digamos bastante malagueño y muy orgullosos de que lo tenga, pero estoy loca por ver la carita de interrogación de gordi cuando sea una señorita de 4 o 5 años criada en Madrid en colegio de barrio trumaniano y escuche al abuelo decirle lo ‘precioza’ que está. Aunque me da a mí que con las instrucciones que le daré y la piscina hinchable gigante que el abuelo le va a comprar todo se va a solucionar en un segundo y gordi aprenderá veloz y diligente.

En agosto , gordi se tirará por una ‘chorraera’ (tobogán) y le dirá ‘majara’ (tonto) si algún niño ‘chico’ (pequeño) y ‘canijo’ (delgado) le interrumpe su plácida tranquilidad vacacional.

Ay gordi, ¿qué será de ti cuando vuelvas a tu realidad de cartón-piedra y con ese acento?

* Ozú Hada Madrina, ¿pero de qué me has vestido? (La NSN dentro de unos años. Imagen retocada de Flamencoshop.es).

El Hada Madrina: El Show de Truman y el barrio de mi hermana

Mi hermana vive en un barrio pijo. Es un barrio irreal, tan poco creíble que me lo he recorrido de punta a punto buscándole el fallo o parte del atrezzo del decorado donde se rodó el Show de Truman porque creedme  la pelicula se hizo allí.

Todos los niños son rubios y de ojos azules, de anuncio, y siempre van, como mínimo, de tres en tres. Si hay un bebé va bien acomodado en un carrito de esos del circulito, a ser posible en tonos tierras y ya todo es felicidad, si ya andan, los niños llevan bermuditas y calcetines largos con mocasines y ellas vestidos de piqué con leotardos calados y merceditas rosas. Fenomenal.

Las madres y padres,  de sonrisas perpetuas ellos y mechas rubias ellas, no parecen ni cansados ni nada. Son guapos, delgados y visten a la ultima aunque vayan cargados de niños que apenas se llevan un año. Y todo es algarabía. Ideal.

Hasta Mercadona es distinto. Allí una gran variedad de productos gourmet, que en mi barrio pobretón ni existen, rellenan estantes y estantes. Pero hacer la compra allí cansa y mucho, los fabulosos padres y madres contratados por la productora van perfectamente vestidos, peinados y maquillados en todo momento. Allí no vale eso de me pongo el chandita y bajo a por el pan y unas naranjas, allí hay que hacer estilismo preshopping y eso agota.

Los edificios, que no superan los cinco pisos de altura, son todos iguales y se disponen en filas simétricas por donde se reparten tiendas de todo tipo y restaurantes demasiado limpios, demasiado bonitos, demasiado elegantes, demasiado todo. Me hace sospechar. Lo único que falta es el lechero sonriente o el muchacho que va en su bici lanzando periódicos a los vecinos hagan acto de aparición de un momento a otro. ¡Oh, danger!

Por ahora, gordi no dice nada pero yo pienso que ella es Truman y aun no lo sabe. No es rubia, tiene la cejas pelirrojas y una madre morena de rizos y andaluza. Inquietante. Habrá que usurparle a mi hermana el contrato de compra-venta de la vivienda si no quiero que gordi se haga mayor descubriendo que su novio es un actor. Menudo drama.

El Hada Madrina: Cuando una gordi llega a tu vida haces cosas raras

El Hada Madrina de la NSN llega para alegrarnos el lunes terrorífico antes de que acabe. Yo lo he superado, no sin alguna lagrimilla por aquí y por allá. Y con algún tropezón de vuelta a casa, porque no veía el momento de llegar y estrujar a la NSN hasta que dijera: «¡Basta!». Como los lunes son muy duros para todos, el HNSN me ha prometido que, de vez en cuando, os concederá algún deseo, de esos que se sienten tan tan fuerte que acaban cumpliéndose…

* Un día ella también será un Hada y convertirá a su sapo en un príncipe…

Hoy viene a contarnos que…

Cuando una gordi llega a tu vida haces cosas raras.

Yo que he sido siempre una persona de primera impresión seria, más bien distante y observadora y con las emociones bien controladas, cada una en su casillero no vaya a ser que pudiera parecer demasiado cursi, o ñoña o todo a la vez, me descubro de un tiempo a esta parte un poco cursi, un poco ñoña y todo a la vez.

Motivos algunos,  la gordi, uno de ellos, ha cambiado  mi particular esquema emocional. La subjetividad se ha apoderado de mí y ahora me creo que la gordi es el ser con 4 meses más inteligente de mundo o, por lo menos, de mil kilómetros a la redonda, cualquier avance desde hacer pedorretas con la boca, cogerse los pies o moverse como una loca poseída cuando escucha sus temazos parece un hecho inusual, extraordinario, anda que…

Si me echa toda la leche sobrante sobre el jersey recién estrenado me parece adorable; si echa sus gases, sonido celestial,  maravilloso; si me echa cinco litros de baba encima, mejor aún, todo sea por cogerla y no soltarla no vaya a ser que los abuelos acechantes quieran quitármela, porque aquí cada uno hace lo que sea por atraer su atención, en eso mi madre sabe un rato que le canta infinidad de canciones o le da la vuelta al carrito para que la niña no tenga más ángulo de visión que el suyo, en fin madres con nietos…

Y lo mejor de todo esto, es que ahora hago algo que he criticado siempre, y no sabéis con que ferocidad. Siempre he puesto a caer de un burro, a ese colectivo de gente pesadilla que va mostrando por ahí las fotos de sus hijos, mujer, perro o lo que se tercie, siempre buscando ojos y oídos vírgenes, vamos  como el que va de viaje y te somete a 4 horas de video con imágenes de lo mas insospechadas y, por lo general, mal grabadas.

Pues resulta que llevo alrededor de 300 fotos de la niña en sus 4 meses de vida, la friolera de 10 fotos diarias desde que salió del apaleado cuerpo de su madre, y algo así como 30 vídeos de la gordi, el iPhone da mucha calidad de imagen  y mi hermana de baja maternal y a 500 kilómetros de distancia ha tenido a bien ilustrarnos hasta el más mínimo avance de little. E incluso informarme vía whatsapp, a modo de muro de las lamentaciones,  a las 2, 3 o 4 de la madrugada si estaba haciendo un bibi, o si estaba muy alterada la gordi, o si ella era la que no podía más con la nocturnidad. Que sí que estoy para lo que necesites hermana pero cuéntamelo al día siguiente y despierta al padre de la criatura que lo tienes al lado.

Bueno a lo que iba, que me dedico a atacar a todo ser viviente que me pregunte por mi sobrina con un  «espera que te enseño..» poniendo mis fotos y vídeos preferidos en los que gordi luce mejor. Y ahí pierdo el norte haciendo lo que siempre he criticado y acordándome de las sabias palabras de mi madre que cuando me oye cuestionar algo siempre me dice «igual algún día te tienes que tragar tus propias palabras».

Puedo prometer y prometo que antes no era tan así, todo lo tenía guardado en la casilla núm. 16 de las emociones derivadas de que una gordi entre en tu vida. Y la verdad sea dicha es que gordi es tan guapa, tan lista, tan despierta…

Me ha vuelto a pasar.

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La Hada Madrina: ¡¡Estrenamos sección!!

La hermana de la MNSN, la cuñada del PNSN, periodista por vocación, ex-periodista por necesidad, la tía de la NSN y, en definitiva, la Hada Madrina de la NSN… llega a nuestro blog para contarnos su visión de la niña sin nombre, su mirada particular de la maternidad y sus hechizos, que tienen cautivada a la NSN. Ella ya le ha dicho que va a tener que trabajar a destajo porque tiene una lista interminable de deseos por cumplir. Ya le hemos adelantado a la NSN que si sigue con este ritmo, el día de mañana ni un milagro ni la dieta Dukan le quitará esas roscas o esa papada. Quien avisa no es traidor.

Estrenamos sección: La hada de la NSN (HNSN para los duchos en la materia). Y es que, gracias a Dios, la maternidad es compartida, aunque en mi caso pocas veces.

Hoy:

La gordi en casa y todo se transforma.

En tan sólo unos minutos después de que la gordi entre en la casa de los abuelos, osease de mis padres que ya no son ni mis padres ni nada,  son simplemente abuelos, la casa ya no es casa y se convierte en una guardería.

Tres biberones, un termo, dos latas de leche de bote, un bote de miel, un chupete, dos chupetes y tres chupetes y una hamaca invaden la cocina; tres mil gasistas medio sucias se multiplican por la casa; una minicuna toma forma en el dormitorio, con la cama de 1,35 de sus padres y un armario en el que las toallitas para el culete, cremitas de las pijas y otros mejunjes de la gordi sustituyen los complementos de una mami que, cada vez, llena más los cajones de ropita de la gordi  que de la suya, con lo que le ha gustado la ropa a ella. El baño tampoco es baño, una bañera pleglable, toallas con capuchas, peines, cepillitos y cambiador de la gordi transforma todo a su paso.

Y no cambia sólo el entorno, da un giro importante a nuestras vidas porque cuando una gordi entra en casa, y es la única, todos nos volvemos un poco tontos, tontos por ella claro. Y ahí me tenéis, tía entregada, madrina abnegada, queriéndole dar el bibi, cogerla, ponerle el pijamita y hasta cambiarle el pañal y eso es harina de otro costal, porque aunque sea un bebé, madre mía que olorcito, aunque al abuelo le huele a gloria, la de cosas…

Y la gordi, que se sabe admirada, cual señorona, solo quiere mimos y que le estén hablando continuamente, pues nada todo el mundo a hablarle, y a hablarle como si fuéramos medio majaras (medio tontos en malagueño) . Expresiones como «qué dice mi gordi» o «qué lastima de mi niña» aunque ella esté tan feliz es lo único que se escucha junto a la temible canción de Michel Tello con la que se relaja la pequeña, y que tanto odio yo dicho sea de paso, o Panaméricano interpretado por Pocoyo y sus secuaces.

Particularmente, yo que aún no tengo hijos, el tener una sobrina me está siriviendo de experiencia vital y con la tremenda ventaja de que cuando gordi se pone violenta, la dejo que la calme su madre y ¡hasta luego Lucas!

La gordi se llama Julia y cuando se va a Madrid la casa deja de oler a Nenuco aunque sea hacer publicidad.

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