Historias para no dormir: Me paso la vida empaquetando…

Yo no me paso la vida bailando como dice alguna canción. Desde que decidí emigrar, un día de poca lucidez, me paso la vida empaquetando. Creo que debería haber ido contabilizando cuántas horas he pasado en el Daibus, en el Talgo, luego en el AVE y desde hace un par de años en el coche viajando Madrid-Málaga, Málaga-Madrid. El total seguro que me daría escalofríos. Que yo creo que me he dejado algún año de vida por ahí suelto en la carretera. Y ahora a ver quién lo recupera. No, no fue una decisión pensada (otro día os lo cuento). Yo antes, en mis tiempos mozos, tardaba con exactitud 30 minutos en hacer la maleta para irme a Málaga, la mía y la del pariente, que el pobre mío no desarrolló la parte del cerebro que te permite hacer maletas, planchar, limpiar los cristales, comprar ropa y tantas cosas más. Lo que os digo, tenía una habilidad, muy mejorada con los años, que era asombrosa. Y cada vez las hacía más prácticas. Desde hace 3 meses las cosas han cambiado y mucho.
Por fin han llegado las esperadas y temidas vacaciones de semana santa. ¿Y dónde vamos a ir? Pues a casa, ¿dónde si no? Que sí, que tiene sus ventajas: vacaciones baratas y… para de contar. Pero, claro, cualquiera es el bonito que le da ese disgusto a los abuelos, que ya tienen sus achaques y no es plan de hacerles sufrir. Así que toca empaquetar toda la casa, de manera que ocupe el menor espacio y en el menor tiempo posible. Objetivos imposibles de cumplir con la NSN en mi vida.

20.00 horas. Cariñín, maridín, macizorro, luz que ilumina mi vida… (No desvelaré el seudónimo real con el que le nombro porque me parece excesivo aún, más adelante, cuando me suelte un poco más). ¿Puedes por favor subirme el maletón del trastero?

12.00 horas. El amor con el que formulé mi petición anterior no tuvo éxito. Últimamente noto como nuestra comunicación no es fluida, a menos que sea por WhatsApp. Esto tengo que decírselo a él, no a vosotros, pero bueno. Bajo al trastero. Abro la puerta. Cojo la maleta, que está, como no podía ser de otra manera, arriba del todo de la estantería. Con una manta encima de ella. En este trastero está todo meticulosamente ordenado y clasificado. Resultado de vivir con un ingeniero. La subo. Todo esto con la NSN apoyada en la cadera (un día no lo contamos). La abro sobre la cama. Y me digo: «hoy si que sí. No me pilla el toro». A la NSN la coloco dentro de la maleta. Es grande, ¿qué os pensáis? Y a ella le encanta la idea. Así va viendo a mami cómo mete las cosas en la maleta. Un pantalón, otro y ya ¿no? Cuando terminan las vacaciones siempre me doy cuenta que el vaquero (ese de H&M, prenda estrella de mi armario) se puede quedar de pie solo, porque de los 10 días me lo he puesto 10 y el resto (vestidos, faldas de por si acaso) vienen de vuelta tristes por su poco poder de persuasión.

12.20 horas. La NSN ha decidido que eso de estar dentro de la maleta no le parece ya tan divertido. Mira que es “esaboría”. Y decide que con 20 minutos ya he tenido que meter toda la casa dentro.

12.30 horas. Le doy el bibi. “Vámonos de paseo. Te relajas un pelín y luego ya seguimos”. No pasa nada, aún es pronto. Así vemos el ambientazo del barrio.

16.00 horas. Hemos paseado (ni atisbo de huelga en este barrio. Los piquetes no se atreven a venir por aquí. Hay demasiados Bugaboos sueltos). Hemos comido. Y nos ponemos a seguir empaquetando. Antes reviso el correo y… ¡¡¡OMG!!! El cargador del portátil empieza a echar humo. Y, claro, tú me dirás, que hago yo toda la semana santa sin poder encenderlo. ¡Ay! ¡Madre! No sabía si llamar a “los Geos”. A punto estaba cuando el informático, después de llamarle cien veces por segundo hasta que me coge el teléfono, me dice que no dramatice, que cierre el bidón de gasolina, que el está aquí en una hora.

2.00 horas. La maleta sigue abierta. La NSN ya no está dentro, no. Después de una tarde entera dando conversación al informático, claro, ¿qué vas a hacer? Encima que te ha hecho el favor y el muchacho viene con ganas de charla. Y una que esta muy sola, que ya se cansa de cantar “los cinco lobitos” y “los patitos en el agua” pues no lo deja vivo. Cuando se ha ido ya hemos entrado en el bucle baño, bibi, fuera gases, caquita, más gases, paseo, venga un poquito más de gases. La señorita ha decidido que hoy quería echarse unas copitas y trasnochar.

Total que aquí estoy con la maleta abierta, unas ojeras que ya me consumen. Y ahora ya es que no sé ni lo que tengo que empaquetar. Así que creo que voy a vaciar los armarios y que “salga el sol por Antequera”. Si mañana no hay quien meta todo esto en el coche, yo me quedo aquí, que total no sé si estoy preparada para pasar mi última semana de baja maternal en Málaga, con la doctora en casa, el “aelito, deala que es mu chica”, el din don venimos a ver a la niña, la locura transitoria de la NSN y el padre enganchado a los juegos del IPad.

Creía yo, ilusa de mí, que la baja maternal eran unas vacaciones bien pagadas. Ahí, tan contenta, descansando, viviendo la vida, paseando, yo tan mona, con tiempo para ir estupenda y con una niña en el carro llena de lazos y conjuntos de bien. ¡Ja! Vuelvo en 10 días (sólo 10, ¿os lo he dicho?) y estoy flácida, con más ojeras que nunca, con la espalda hecha añicos, con la peluca tiesa, las piernas sin depilar… Y no sigo, que me deprimo. Y digo yo, trabajando 8 horas (si hay suerte), siendo madre, ama de casa, bloguera, amante, ¿llegaré viva a los 31?

Siempre nos quedará la huida… ¿Alguien se viene? No se dónde, pero lejos, muy lejos…

11.00 horas. ¡Buenos días! Tres horas dormidas. 20 bultos. 8 horas de viaje (con suerte). 5 paradas. 1 coche. 1 marido. 1 niña. Allá voy. Playa espérame. I need you.

Ha quedado claro que yo me llevaría un premio a la más rápida en hacer maletas. Como de récords absurdos vive el mundo, atentas, esto os va a interesar:

Récord mundial de cambio de pañales de tela en Valencia.

¿Estamos locos? Pobres valencianos, ¿nadie les ha dicho que existen pañales desechables?.

(Próximo post con vistas al mar, prometo foto).

La niña sin nombre.

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About La niña sin nombre

Las aventuras de la niña sin nombre con su globo volador y su #malamadre. Historias para no dormir, Diario de malamadre, la vida en Truman Residence y mucha biutiful zin. ¿Os venís?

8 responses to “Historias para no dormir: Me paso la vida empaquetando…”

  1. mery says :

    Jajajajaja me meo de la risa Amparo, jajajaja, el divorcio está de camino lo veo, la verdad es que yo nunca reparé en las horas perdidas en viajes MAD – MAL hasta que me da por pasar por la estación de autobuses o por la temida estación de Renfe y digo, madre mía pero qué de horas de traqueteo!

    Te esperamos con los brazos abiertos para disfrutar de vosotras esta semanita santera!!!!

    Buen viaje!

    Muaks

    • La niña sin nombre says :

      Jajaja ay Mery!!! Nuestros viajes en Daibus se merecen un post o dos o tres, que que mala vida nos dábamos… Bueno, nuestros años de estudiantes en Madrid se merecen un libro de los gordos de Petete, por lo menos!!!
      Pescaíto, sol, mar… Deseando veros!! Here we go!!! Para comenzar bien, la NSN ha votado antes de salir… Así que todavía estamos saliendo de Madrid 😦

  2. Noemi says :

    jajaja me identifico contigo Laurita, no en el tema maletas y viajecitos, pero en todo lo demas siiiiii, esto de estar todo el dia sola con un bebe a cuestas en una locura, y q rapido se desarrolla la habilidad de hacer mil cosas a la vez, como yo ahora, esperando a q eche sus gasecitos mientras te escribo, y a ver si terminamos y de una vez y podemos salir a la calle a dar nuestro paseito.
    y si yo tb tengo un unico vaquero q me pongo, porq de momento es el unico q me queda bien, con el q estoy ya mas vista!!
    En fin ahora a disfrutar de la semana santa!
    q ganas de veros!!muakkksss

    • La niña sin nombre says :

      No te preocupes ir seguirás con el mismo vaquero aunque los demás te queden bien. Acaba convirtiéndose en tu prenda fetiche, ya verás… Yo ahora tengo que empezar de nuevo a idear modelazos que la vuelta al curro esta ahí, oh sielooosssss!!!!
      Y si somos capaces de usar partes de nuestro cuerpo, que creíamos inútiles cuando tenemos un bebé… Que si que son muy monos, pero salir a la calle se convierte en un deporte de alto riesgo!!!
      Ánimo y a dusfrutar de ese paseito!!!
      Ya mismo le doy un achuchón a Pablito!!!
      Muuuuuuaaaacccc

  3. Ursula says :

    Aunque veo que hay vacaciones, te escribo de una vez. Te he dado el premio Liebster de mis blogs favoritos. http://chicaperika.blogspot.com.es/2012/03/liebster-blog.html
    Un abrazo!
    Úrsula.

    • La niña sin nombre says :

      Wowwww!!!!! Me tiemblan las piernas!! Qué emoción!! Muchísimas gracias Úrsula… La niña sin nombre se ha caído para atrás cuando le he dado el notición y como premio para ella, que aún no entiende demasiado, le he dado una ración extra de bibi.
      Qué ilusión me ha hecho… La semana pasada leí sobre el premio en un blog y pensé: «jooo ojalá me pasara a mí». Está claro que los sueños, a veces, se cumplen.
      Un beso enorme!!!
      😉

  4. migremlinnomecome says :

    En estas ocasiones hay que repetir la palabra «playa» como si fuera un mantra y al final las cosas acaban saliendo… bueno, al final las cosas siempre acaban saliendo, aunque puede ser que al final realmente te dejes a la niña (conozco a unos que les pasó, no es coña, se dieron cuenta porque pararon de camino a despedirse de unos amigos que afortunadamente, se asomaron por la ventanilla y vieron la maxi cosi vacía… ¡¡no es broma!!!).
    Me ha encantado la ilustración final 🙂 Felices vacaciones!

    • La niña sin nombre says :

      Jajajajaja no puedo parar de reír de imaginar la situación. Me lo creo… Yo un día de estos me dejo a la niña, lo tengo claro… O la meto en una maleta sin darme cuenta!!
      😉

      Muchas gracias!!!! Aquí estamos frente al mar, aunque nublado.
      Besos!! Y espero que tú también tengas días de relax!!

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