Diario de #malamadre: en casa del herrero, cuchillo de palo…

Un día te invitan a un evento, no cualquier evento, al I Encuentro de Madres Blogueras, el #8J para que nos entendamos. Te invita una bloguera amiga de las buenas y tú no puedes decir que NO, a nada puedes decir que NO y así te va. Dedicas horas del poco sueño que te queda para preparar una conferencia sobre Diseño y Usabilidad en blogs. Porque tú te dedicas a eso, además de a tropecientas cosas más, que no vienen a cuento…

De repente lo visualizas y te da vértigo lo que significa ser ponente (¡cómo suena esta palabra!). Te escudas en LA PANTALLA. Pero realmente el problema es que te das cuenta que lo que vas a contar está muy alejado de tu blog, tu casa sin nombre, esta a la que tanto cariño has cogido, esta que te acogió con los brazos abiertos, con su plantilla fija y que tú para darle un aire biutiful customizaste una noche y te lanzaste a la piscina 2.0 a contar historietas varias.

Y llegó el día y te pusiste a dar consejos, haciendo que esas madres blogueras sintieran deseos irrefrenables de renovar sus blogs, de cuestionar si sus fondos, si su tipografía, si sus colores eran los adecuados. Ahí sentando cátedra, con chascarrillos variados para quitarle dramatismo al asunto. Y te aplaudieron y todo. Y ahí fue cuando dijiste. HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO. ¿Qué era eso de predicar con el ejemplo? Manos a la obra, bonica, que vives tu aquí muy bien. Y dediqué las vacaciones a diseñar el nuevo blog. Que no será el segundo ni el último… Pero sí será nuestra nueva casa sin nombre. Esa donde os seguiré contando las aventuras de la niña sin nombre y su #malamadre en Truman. Esa donde podréis encontrar mis #biutifulzins, por fin ordenadas y elegir vuestra favorita. Y ese nuevo hogar donde…

TACHÁN TACHÁN… tendra cabida EL CLUB. ¿Qué CLUB? Sólo hay uno posible. El de las #malasmadres. Sí, lo confieso, soy bipolar, pero inofensiva. Mi lado #biutifulzin convive, como sabéis, con mi lado #malamadre.

Malamadre es muy suya y hartita estaba de tener que lidiar con tanto #suspirodeamor y tanta chorrada. Así que se ha hecho su propio twitter: @malasmadres Ya somos unas cuantas. Y no sé en qué momento me pilló, en uno bajo está claro, en uno de esos del mal dormir que prometí que si llegábamos a 2.000 habría fiesta de inauguración. Luego siempre puedo decir que a los 5.000 ¿no? (tonito penosa).

El caso es que en el nuevo blog habrá un lugar para este club de malasmadres y muchas sorpresas más, que os iré desvelando. Espero, sobre todo, que sigáis acompañándome porque si no, ¿para qué tanta historia, tanto esfuerzo, tantas horas de sueño perdidas y este dolor de espalda infernal que me acompaña desde hace semanas? Con la emoción en el cuerpo por estrenar el blog, los nervios de que os guste, la lagrimica de la despedida de este y el vértigo de teclear mi dominio propio, os dejo por hoy con el TIPdelDIA de mi otra personalidad:

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Cada noche a las 22 horas en @malasmadres publico el TIPdelDIA, con méritos, consejos, ideas, deseos… de las #malasmadres que me acompañan en el club. Anímate y sé la protagonista de mañana.

Puedes verlos todos AQUÍ.

¿CUÁNDO ESTARÉ EN MI NUEVO BIUTIFULBLOG? DADME UNA SEMANA Y OS AVISO AQUÍ.

Y GRACIAS a mi partner Sin Preparación Alguna por hacer realidad mi BIUTIFULBLOG. Es una crack y encima con la sonrisa siempre puesta. Ya le he dicho que elija día, hora y sitio, que esto se merece no uno ni dos, sino 3 GTs y una cena.

La niña sin nombre.

Diario de #malamadre: te quielo mamá…

La NSN y su media lengua me tenían enamorada y desquiciada a partes iguales. Igual que es capaz de tirarse toda la tarde del sábado con una gorra de vaca puesta en la cabeza  o un gorro de lana, sudando la gota gorda porque a cabezota no le gana nadie (bueno sí, su padre), también es capaz de repetir una palabra, tantas veces que se te erizan los pelos de las piernas (esos que no tienes tiempo de quitarte) y quieres morir de locura transitoria. Hasta hace poco no la hubiera entendido ni la Supernanny y la insistencia infinita, para que le hicieras caso a lo que decía, era de querer huir. Menos mal que lo suplía con una media lengua, un ceceo que me tenía rendida a sus pies.

Cuando una se convierte en madre por primera vez piensa que va a desarrollar habilidades que le harán superar muchos momentos: cocinar como las madres (como tu madre), coser un botón o un bajo (como tu madre), solucionar crisis y ataques de niña-croqueta en un pis pas (esto no lo recuerdas, pero seguro que tu madre lo hacía la mar de bien), tener la razón en todo (como tu madre), adivinar el futuro inmediato (tipo «te vas a caer», como tu santa madre) y entender el lenguaje de los bebés (como tu madre te entendía a ti y hasta entiende a tu hija mejor que tú).

¿Yo? Soy un fracaso de madre, cada día lo tengo más claro porque soy incapaz de todo eso y más. Cuando la NSN hablaba, me miraba fijamente y ponía cara de: «mamá, ¿tú te enteras de algo?». Su frustración, normalmente terminaba con un episodio de niña-croqueta. Pero ella, que es más lista que yo, ha decidido de repente dejar de hablar en swahili y comenzar a repetir todo con una dicción de matrícula, pero dándome el gustazo de mantener ese ceceo.

Es un auténtico papagayo. Eso desquicia un poco porque es cansina a más no poder. Pongámonos en situación. Viernes por la tarde, trayecto en coche:

– «El lunes me pongo a tope con eso…». – Le digo al PNSN sobre un tema de trabajo.

Seguidamente: – a to pe, a to pe, a to pe… Y así los 10 min siguientes se pasa la NSN…

– «Eres tonto hijo…». Una también tiene sus defectillos y lo de llamar tonto al PNSN, con amor, ya es algo innato en mí. Y una vocecilla comenzó «ton-to- ton-to- ton-to…» con el «incomprensible» cabreo del padre sin nombre.

Sí, tengo que corregirlo y tener cuidado  con lo que digo. Ha llegado ese momento. Todo llega en Truman, menos el dormir.

Así que dejé de decir improperios y opté por dar amor a mi familia. Abracé a la NSN y le dije «te quiero». La debilidad de una semana dura, la sensibilidad del sueño acumulado sacaron lo mejor de mí. Y ella seguidamente me abrazo y me dijo:

TE QUIELO mami…

Joan Barry Kissing Her Daughter

* «Mamá, quita, no te aproveches, que yo sólo me dedicaba a repetir tus frases, no sé lo que decía…».

La niña sin nombre y sin corazón.

Historias para no dormir: el día que me descubrieron en Truman

Era una mañana cualquiera. De esas que llegan después de una noche de despertares nocturnos a la voz de «mami, mami, mamiiiii». Una mañana de ojeras profundas y neuronas vacías. Una mañana como otra cualquiera, de las que salgo pitando, como autómata, cojo la bolsa de la comida, abro la puerta y ¡zas!

– Buenos días. – Me decían.

– Buenos días. ¿Qué tal estás pequeña? Qué guapa vas….

Así comenzaba la situación más surrealista de las últimas semanas. No, no han descubierto que soy «la niña sin nombre» y han venido a pegar a mi puerta para rendir cuentas por lo dicho y hablado sobre Truman a punta de pistola. Y no, tampoco he sido asaltada en pleno Mercadona, mientras elijo los pimientos a la voz de: «alto, es ella…». Ni tampoco, gracias a Dios, ha llegado una circular para convocar una reunión para discutir en público los problemas que acarrean mis posts. Cualquier cosa de estas hubiese sido mucho más admirable y dramática, como a mí me gusta.

– ¿Vas al colé? – En un intento desesperado de cortar el silencio ensordecedor al tiempo que bajamos al submundo en ascensor.

(Silencio. La niña pasa de mí).

– Anda tienes un bebé como la hermanita , qué bonito. – Era un comentario al aire para seguir en la sucesión de estupideces profundas, pero no, ese comentario fue EL COMENTARIO.

Y ahora pasamos al momento, por todos interpretado en alguna ocasión, en el que el padre se pone a hablar como si fuera ella:

– Anda hija, dile como se llama el bebé. Dile como se llama el bebé…

– No, no, no… – Y así, hasta mil noes seguidos.

(Sin entender la insistencia del hombre, llegábamos al final del trayecto… Los dos minutos más largos de la historia…).

– ¿No tiene nombre el bebé? ¿No? ¡Pero cómo va a ser eso! – Y dale, ¡qué fijación! No pasa nada. Déjalo estar… Podemos terminar sin incidentes hablando del tiempo, como todo buen vecino…

– No será que se llama El Niño sin nombre, ¿no? – Silencio sepulcral. Sí, han leído bien. El vecino dirigió la conversación hasta acabar diciendo eso. Estaba clara la estrategia.

(Mi cara lo decía todo. Aunque yo intenté disimular y cambiar de tema).

Se abrieron las puertas. Y todo acabó.

¡Hola vecino! Si ahora me lees aprovecho para saludarte, un placer. Y sobra decir que todo lo que aquí se escribe es producto de mi enajenación imaginación…

Man Speaking to a Woman on Her Porch

* Sí, es ella… La pobre no está bien de la cabeza, pero no hace daño a nadie…

Adiós niño sin nombre.

Diario de malamadre: compartir es vivir

Compartir:

(Del lat. compartīri).
1. tr. Repartir, dividir, distribuir algo en partes.
2. tr. Participar en algo.

Creo que la RAE debería incluir una tercera definición, sólo para madres. El concepto de «compartir» adquiere toda su fuerza, una dimensión totalmente nueva y desconocida cuando tienes un hijo (dos y tres ya no me lo quiero ni imaginar).

Cuando llego a casa y comienza mi jornada de madre de apenas unas horas, antes de que la NSN se retire a soñar o a cantar, somos hermanas siamesas. No es que me persiga, no, es que tiene que ir acomodada en mi cadera como un pequeño koala. Ella, que a pesada no le gana nadie, para que no se me ocurra soltarla, pega sus garras a mi camiseta y aunque yo la suelte, ahí sigue colgada…

Una ya se ha acostumbrado a los casi 14 kilazos de hermosura. El problema ya no es ese. Ni yo ni mi chepa sentimos dolor, estamos anestesiadas, el problema es compartirlo TODO, todito, todo.

Lo comparto todo y no porque yo sea así de generosa, sino porque «no hay más tu tía». La NSN tiene fobia al suelo si estoy en casa, así que una tarde mormal en truman life es:

– Preparar las #biutifulzin que vuelan al día siguiente, mientras que ella acaba con todo el washi existente.

– Contestar los e-mails retrasados, mientras ella intenta aporrear el teclado sentada en mis maltrechas rodillas.

– Poner la lavadora (esta tarea no la dejo a Miss, me niego), mientras ella le va dando a todos los botones… Así luego pasa lo que pasa.

– Ir al servicio, soy de las que en la ofi no me concentro, que queréis que os diga… Y en casa pues tampoco, con una niña con sus ojos clavados en tu culo, diciendo: «mamá, caca…».

– Preparar la cena (esto normalmente lo hace el PNSN, para que voy a marcarme el tanto).

Todo esto con la NSN colgada hasta que llega el momento baño. Y sí, pese a que los inicios fueron duros, últimamente comparto mucho el baño con ella, por optimizar tiempos. Y así, diciéndolo bajito, es el mejor momento del día… Ese en el que se olvida todo.

Hay cosas que me gusta compartir como compartir sus cenas, cuando no quiere más y el PNSN no mira, me lo zampo yo todo y ella, como está rolliza, no levanta sospechas. Compartir sus abrazos y sus besos. Compartir las horas de sueño, esto, aunque me quejo y el PNSN me llame #malamadre, en el fondo me encanta. Pero luego despierto y levantarme con sus piernas clavadas es un horror. Pero, sobre todo, me gusta compartir su risa y su compañía. Sentir que ya no voy sola a ningún sitio.

¿Y vosotras qué compartís?

Mother Ironing with Child on Back

* Te quejas de vicio mamá, te sirvo de contrapeso. Además no mientas, que tú ya ni planchas…

P.D. Post dedicado a mamá biznaga ;). Compartir es vivir hasta que eres madre…

La niña sin nombre.

Diario de malamadre: sin ti no soy nada…

Sin ti no soy nada / una gota de lluvia mojando mi cara / mi mundo es pequeño y mi corazón pedacitos de hielo / solía pensar que el amor no es real…

Vale, la canción es mala y no tiene ningún sentido… Pero me quedo con lo de:

SIN TI NO SOY NADA…

– Le haces peinados imposibles, que le hacen parecer una niña-payaso.

– Le abrigas hasta el cuello cuando aún hace calor. O la llevas de paseo con abrigo y sandalias.

– La coges en brazos cada vez que dice «ay».

– Le das mango en trozos inmasticables, si ella lo pide. Y ella pedir pide mucho.

– La has aficionado a la poda de flores, preparándola para un futuro laboral.

– La inmortalizas, día si y día también, en todas sus poses, acompañada de pequeños trumanianos.
– Combinas el rosa con el rojo y el amarillo con el azul como nadie.- Le dejas que tire toda la ropa al suelo mientras planchas y luego la recoges y vuelta a empezar.

– Cambias las cosas de sitio, un día si y otro también, jugando al despiste o a volverme loca.

– Me repites las cosas tantas veces que se me desconecta el cerebro. Una y otra vez, en un bucle infinito sin sentido. Porque sí, ya me he enterado que se lo ha comido todo… y te estoy preguntando otra cosa.

….

La semana pasada fue un auténtico caos en Truman, los virus atacaron por primera vez a Miss Nicaragüense, primero con una gastroenteritis y luego, sin compasión por esta familia abandonada, con un resfriado.

Con el miedo en el cuerpo de que no volviese, de que los virus no la dejasen tranquila o que encontrase un lugar mejor, miraba cada noche mi estampita de El Cautivo pidiendo porque no me faltes, porque si me faltas, esto es el fin o no… pero ¡cuánta pereza me daría tener que buscarte una sustituta! Porque aunque no lo creáis Miss Nicaragüense lleva ya en Truman Residence casi un año, haciendo del día a día toda una aventura.

Sé que lo habéis pensado, este post es por interés propio… tengo sospechas de haber sido descubierta en Truman y ya lo que me faltaba es que Miss Nicaragüense me lea y piense que nos pone muy muy un poquito de los nervios, Dios no lo quiera, nada más alejado de la realidad…
Baby (6-11 months) attached to clothesline
* Tú ni caso Miss, con lo bien que nos lo pasamos tú y yo, es envidia todo lo que tiene y si no que se quede ella, que a saber donde va todas las mañanas tan pronto…

La niña sin nombre.

Historias para no dormir: festival del humor

Anoche era de esas noches que me las prometía felices.

El PNSN y yo, que a metódicos, rozando el estado psicópata de la disciplina férrea, no nos gana nadie, avanzábamos en la tarde noche de ayer con las tareas cumplidas en el horario marcado, según mandan las normas trumanianas.

Pero a las 8 de la tarde, cuando ya nos quedaba una hora de obligaciones para empezar a vivir o seguir trabajando, que lo mismo es, la NSN comenzaba su festival del humor. Todo empezó con una cena accidentada, donde el pescado acabó en todos los rincones menos en la boca de mi «querida hijita».

Aún había esperanza. Le enchufamos el bibi y pasamos al rato de juegos y risas en el sofá. Pero se nos fue de las manos… La NSN estaba desaforada, hiperactiva, no paraba de dar saltos… Nosotros felices pensábamos: «a ver si se cansa y duerme toda la noche, TODA del tirón…». Cuando ya estaba agotada pasamos al momento «vamos a momir». Rutina básica y necesaria: osito, cancioncita y cunita. A los 5 minutos la NSN comenzó a cantar, su última afición. Pero bueno, sólo cantaba, así que decidimos pasar a nuestro momento cena relajada, amenizada por sus cánticos en la lejanía.

10 minutos y la música de acompañamiento continuaba. Pensábamos: «ya se aburrirá». Yo pasé a mis aposentos de emprendedora nocturna para ponerne al día de mis biutifulzins. Pero de repente se calló y al momento empezó a llamarme «mamá, mamá, mamaaaaa». Así que fui, con el pálpito de «¿qué habrá hecho?».

Y así fue… Lo que había imaginado había pasado. Un olor a mierda rosas me echó para atrás de un bofetón y una escena escatológica donde las haya se quedó grabada en mi retina… La NSN desnuda con el pañal quitado y su caquita por todos sitios. Me ahorraré los detalles, la imaginación es poderosa. ¿Por qué me lo había imaginado? Porque es el tercer episodio similar, en una semana ha ocurrido lo mismo, una vez más con caca y otra con pipí… En casi dos años no he lavado tantas veces y con tanto detergente la funda del colchón y la ropa de la cuna. Ahora de tanta lejía están ya para jubilarse.

Así que la noche se tornó oscura, una horita limpiando y lavando la escena del crimen, bañando y rebañando a la señorita para quitarle el aroma embriagador y a las 12 comenzó la vida en Truman. Sobra decir que a esa hora ya lo único que pude hacer es sentarme a esperar que acabase la lavadora y a rezar para que esto no vuelva a pasar.

Girl (2-3 years ) sitting on lounge chair with drink and fan

* ¿Y lo a gustico que me he quedado, qué? ¿Eso no cuenta, mamá?

Observación: curiosamente, estos episodios han comenzado desde que entró en Truman el orinal. Pero eso lo contaremos en otra entrega, que ya para hoy es demasié. No quiero quitarles el sueño.

La niña sin nombre.

Diario de malamadre: LA FOTO

Los optimistas ven la vida de color de rosa. Los perros la ven en blanco y negro. Los bebés desenfocada. Los pesimistas negra como el tizón. Y las #malasmadres como yo la vemos con filtros… Unos muy claritos, como en decapé, otros muy intensos como si estuviésemos todo el día recién bronceadas, que te dan un buen color que no tenías ni en pleno agosto; otros como si la vida fuera una película de cine mudo de los años 20, que te imaginas hablando sin sonido y bailando claqué; otros te quitan hasta las pecas y con otros no te reconoces ni tú misma, pero te deja monísima…

Desde que en verano prometiera que dejaba durante 3 semanas las redes sociales, en busca de una desintoxicación necesaria para mi salud mental, me agarré como a un clavo ardiendo a la red social que tenía abandonada, la veía como la única red social tranquila, pausada y nada adictiva. ¡Ja! Qué ilusa soy. Instagram es un vicio. De los malos. Una herramienta venida del mal. Vas por la calle, estás comiendo, te llega una #biutifulzin, el PNSN se toca un pie, estrenas camiseta y no puedes evitar pensar en el filtro Walden/ Sierra/ Valencia… que quedaría divino.

Pero no nos engañemos, que la mayoría de las fotos no salen a la primera. Que el carrete del movil parece un stop motion con todos los fotogramas tirados para conseguir LA FOTO. La foto que merece un puesto de honor en tu perfil. Esa en la que pareces divina, tu marido Matt Damon, tu casa del Hola y tu hija modelo del VOGUE niños. Porque para ver cosas feas ya está la rutina diaria y el telediario.

Admiro la gente que sigue un mismo patrón… Y todas las fotos las retoca igual, con sus márgenes blancos, con las mismas perspectivas y la misma distancia focal. Vistas todas juntas en su perfil son maravillosas, como salidas de un mundo más irreal aún, que te entran ganas de pedirle asilo y vivir congelada en sus fotos. Pero, seamos sinceros, a mí eso, además de no ser capaz de hacerlo, me aburre.

Así qué mi Instagram es un batiburrillo de mi vida diaria, cada una de su padre y de su madre. De vez en cuando limpio y dejo sólo las bonitas. Pero, sin duda, las que tienen más éxito son en las que aparece la NSN, aunque sólo enseñe un pie. «Si me retiras NSN no me importa que SIEMPRE me dejes relegada a un triste segundo plano. Soy tu madre y te quiero, por eso lo acepto y porque el día de mañana me hagas tu representante».

Pero la NSN ya es una niña «mayor» de casi 22 meses y no os creáis que pone tan fácil inmortalizarla. No, no. Cuando ve el móvil y escucha la palabra FOTO puede ocurrir:

> Que, después de convencerla media hora, esté a punto de matarse porque a su malamadre se le ha metido entre ceja y ceja una foto en el filo del sofá con unas zapatillas que pesan más que ella.

> Que no quiera ni para atrás una foto y entonces pase esto… Miles de fotos hasta conseguir una en la que esté bella como una camella.

> Que la persiga con la cámara y entonces nos caigamos al suelo las dos. Esto no es del todo malo porque al final cree que es un juego y se divierte. Ella no se hace nada y yo me hago un moratón.

> O que aquí una servidora opte por el chantaje barato, no emocional, que de ese pasa. Esta es mi última táctica. El otro día le prometí chocolate. Fue terminar e irse corriendo a señalar la nevera. Lo malo fue que no cerramos el pacto en qué cantidad de chocolate valía su posado, y después de la mísera pastillita de chocolate que le di, se tiró 20 minutos pidiendo más a grito «pelao».

Así qué he optado por LA FOTO improvisada. Sin decirle nada, saco el móvil rauda y veloz y que sea lo que Dios quiera…

Y para terminar, tres puntualizaciones:

> No sois nadie en instagram, si no controláis las apps. Las chicas de Bebestilo nos dicen las imprescindibles AQUÍ.

> Si quieren morir de amor y creerse la más guapa del Reino (en este caso de Truman) llamen o busquen a la mejor, Lucia M Photography, una maga de la luz y de las fotos más preciosas del mundo, que sin darte cuenta, consigue captar momentos llenos de vida para siempre. Y si no, por si alguien aún no la ha visto, mirad la que nos hizo este verano AQUÍ, deseando estoy de ver las demás.

> Lo más de Instagram es encontrarte con aquellas que sigues y querer achucharlas a ellas y a sus peques porque ya son como parte de tu día a día. Me pasó el otro día con @unpocodecanela y @marapazos, dos mamis reguapas.

1930s 1940s Boy With Camera On Tripod Taking Photograph Of Baby Girl Toddler Sitting On Stool

* «Tú si que sabes sacar lo mejor de mí, chato. Para ti poso todo el tiempo que quieras. Mi perfil bueno es este. Mi madre es que es muy cansina, chico» (la NSN y uno de sus novietes trumanianos).
P.D. Me gusta pensar que los perros ven en blanco y negro… Es más romántico.

La niña sin nombre.

Historias para no dormir: LA LISTA

Me he pasado el fin de semana haciendo listas, listas para el bebé del Hada Madrina. Toda una juerga.

La semana pasada me llamó al borde de un ataque de nervios, mientras controlaba sus náuseas matutinas, diciéndome:
– Necesito que me hagas LA LISTA.

Unas horas después, la abuela desde tierrasanta me presionaba:
– Tienes que hacer LA LISTA.

Y yo que creía que por tratarse del segundo bebé en la familia, todo sería más relajado. Quedan 4 meses y ya estamos con las prisas. Pues no. Con más presión que en una presentación a cliente, comencé con LA LISTA.

Mi Alzheimer prematuro me ha hecho olvidar que un día tuve un recién nacido, pero me esforcé por empezar a recordar. Lo de LA LISTA es muy curioso, visto con la experiencia de #malamadre. Mi pobre hermana (como todas las embarazadas primerizas) piensa que una vez que des a luz, la vida se paraliza, los supermercados y las farmacias cierran para siempre y tienes prohibida la salida al exterior, porque TIENES UN BEBÉ y eso da pavor… Así que necesitas agenciarte con todas las gasas, discos de leche, sueros, botes de Mustela y compresas de maternidad que encuentres por el camino.

Lo peor no es eso, lo «más peor» es que arrasarás con todos esas cosas que nunca usarás, pese a que tu hermana te diga «son chorradas». Eres primeriza y quieres caer en comprar:

– El termómetro de bañera más bonito, porque cuando el bebé esté llorando a grito «pelao», tú sacaras el termómetro con forma de flor, que flota en el agua, lo pondrás dentro de la bañerita y la templarás hasta conseguir los 24 grados perfectos para su cuerpecito. «Pues no, con la mano y vas sobrada».

– El sacaleches más potente del mercado. ¿Qué vas a dar pecho? ¡Qué más da mujer! ¿Y si no puedes? ¿Y si tu bebé no succiona y necesitas ordeñarte? Recuerda que las farmacias, cuando tú des a luz, habrán desaparecido de la faz de la tierra y entonces ¿qué harás? Además, probablemente el sacaleches no lo uses aún, pero qué gusta tenerlo todo, todo y todo.

– Un biberón, o dos o tres, por si las moscas, que dos años después seguirá intacto porque tu bebé llevará en los genes como la NSN (y no es un mal de ojo) repudiar los biberones buenos, carísimos con sistemas anticólicos y tetinas siderales, y moverás cielo y tierra hasta dar con el más básico, el de toda la vida, que será el que le guste… Y para llegar a ese día pasarán meses, pero, recuerda: «hay que tenerlo TODO».

– El bolso del hospital. Ese oscuro objeto de deseo o terror con el que sueñas desde los dos meses antes de LA FECHA. Que sueñas que te pones de parto y no lo tienes listo. Crees, alma cándida, que ponerte de parto será de repente y tendrás que salir corriendo y sólo tendrás un microsegundo para coger el bolso y salir pitando, como alma que lleva el diablo. Luego, cuando te enteras que te puedes tirar con contracciones una semana y acabar yendo al hospital hasta 3 veces, antes de que te ingresen, te das cuenta de que si no hubieses tenido preparadísimo el bolso, al menos te hubieras calmado los nervios haciendo algo. Pero «el bolso es de vida o muerte. Ese que utilizas ese día y ya…».

– Un camisón abierto por delante. Ahí llegaras con tu lista hecha de los cursos de preparto… Porque seamos realistas hermana, de la mía pasarás y te harás una paralela, clandestina con aquello que crees imprescindible. Y escribirás: camisón de hospital… Y te debatirás entre el salto de cama y la bata de transparencias para dar el cante en el hospital o moverás cielo y tierra, en busca de uno decente de algodón, cómodo, pero mono, para no asustar al personal, que ya tus ojeras ese día hablarán por sí solas. Luego llegará el día y te darás cuenta que el camisón del hospital, ese que te está enorme y que te deja las tetas fuera, es mucho más cómodo, más práctico y, total, atractiva no te vas a ver con nada.

Podría seguir aburriendo al personal con consejos prácticos como lavar y planchar TODO o dejar el congelador lleno de comida preparada, pero lo haremos en fases, según me vayas preguntando. Lo último hermana: LA LISTA se va a componer de CUATRO LISTAS, ya puestos, estoy que lo tiro.

LISTA 1) La lista de cosas que tu querido bebé suertudo (y tu economía más) heredarán de la primogénita. Ropa por doquier, todos los utensilios realmente imprescindibles para tu supervivencia, entre ellos, las estrellas son: la hamaca y la minicuna.

LISTA 2) La lista de cosas que tienes que comprar porque no se heredan: discos de leche, gasas, arsenal de pañales, toallas, etc., etc.

LISTA 3) Las cosas que tu madre te va a comprar aunque ya las tengas de la lista 1. No vamos a luchar contra los elementos, ahí déjate llevar.

LISTA 4)  La lista negra, compuesta de esas cosas que no te servirán y que te comprarás sin mi consentimiento.

Dios nos pille confesados.

Stressed Woman Doing Many Tasks

* Os dejo que tengo que seguir con LA LISTA, buenos LAS LISTAS.

La niña sin nombre y su primo/a que está al caer.

Suspiros de amor: por los días bonitistas

Hay días negros, días grises y días llenos de color, que se llenan de luz con cosas bonitistas que pasan. Y hoy es uno de ellos.

Los viernes ya llevan ventaja de por sí, por lo que suponen, pero más si comienzan con un POST como el que me dedica el blog de los bonitismos mucho más. Recibir un correo de alguien que no conoces, a quien le gusta lo que haces y que quiere hablar de ello en su precioso blog, es para no poder quitarte la sonrisa de la cara durante horas y días.

Para empezar el DIA no está nada mal, ¿no os parece?

Además hoy es especial también por algo más. Hoy cumplen 10 años de casados una pareja muy especial. De esas que después de diez años, siguen volando juntos y lo celebran por todo lo alto. Ella es encantadora y quien la conocéis, pensaréis igual que yo, es la mamá más molona de la red.

Cuando me escribió para contarme su idea, una de tantas otras que me ha contado, me encantó. Porque ella es fan number one de las #biutifulzin. Quería una para ella y otra para su marido con motivo de su aniversario. Deseando estoy que me mande la foto de cómo quedan en su habitación. Mientras esperamos que eso llegue, os dejo con ellas:

NSN_lamina_mimamamemola

 

* Ahora que me doy cuenta, he puesto la lámina anterior, donde al papá molón le puse los ojos azules, creyendo que era el culpable de los ojazos de su hijo… Perdonenme pero a estas horas ya no me da la vida para cambiar el montajillo ;). En la foto de abajo sale con los ojos tipical spanish… 

Le dedico este post a ella para que pase un día precioso y siga con esa sonrisa 100 años más.

Aprovecho para daros las gracias a todos los que pensáis en mis #biutifulzins para momentos tan especiales y que hacéis del día a día un lugar para no dejar de soñar. Os dejo que tengo que laminar…

La niña sin nombre. 

Diario de malamadre: me gustan los feos

«No, PNSN esto no va por ti…».

No voy a hablar en todos los posts de ti, aunque sé que, aunque pongas el grito en el cielo cuando lees que te nombro, en el fondo te encanta.

Siempre hay una excepción que confirma la regla. Y tú eres guapo y guayabero. Pero hasta encontrarte a ti… Ayyy hasta que te encontré a ti. Estoy ya como las ancianas, recordando mis amores pasados, aquellos pasajeros, que te obsesionaban y cuando se los presentabas a tus amigas no lo podían entender… Eran interesantes, tenían su aquel, pero para ellas todos eran feos.

Bueno, una vez tuve un novio guapo. Guapo, guapo de verdad. Guapo de los que te tienes que pellizcar. Guapo de los que presentas a tus amigas y dicen: «joder qué tío ¿no?». Y eso pues no es bueno, no y no… ¿Dónde te deja a ti eso? ¿En ser la fea de la pareja? Pues como que eso no mola. Pero eso te das cuenta con 30, no con 20. Con 20 te enamoras, te obnubilas y te dejas llevar. Te vas de viaje con tu amiga al fin del mundo por él, te escribes cartas de amor y te ciegas… Hasta qué un día te dice: «bonita, si te he visto no me acuerdo». Se te derrumba el mundo, lloras con el corazón «encogío» y te imaginas siendo la tía solterona para toda la vida. Recuerdo el día que me mandó a tomar viento,  yo estaba en casa llorando desdichada y mi madre entró por la puerta en ese momento, la pobre pensó que me pasaba algo grave. «Pero, mamá ¿hay algo más grave?».

Desde entonces le puse la cruz a los guapos y me dije: «feos venid a mí».

Feos con personalidad, de los que conectas por algo, que tienen una belleza distraída diferente. Y no sabes muy bien por qué, pero para ti no son feos, ni mucho menos, son encantadores, con sex-appeal y embaucadores… Algún día podemos hablar de los encantadores de serpientes, eso es tema a parte y más escabroso.

Gracias a Dios la vida me puso en mi camino al PNSN con su porte y su sabiduría y me sacó de las garras de un mundo amoroso demasiado complicado para una mente enajenada como la mía.

Y pensaréis: ¿a qué viene hablar hoy de esto? Además de porque los jueves ya estoy delirando, se debe a algo tan simple como que me he enterado de que un feo, bajito, con gafas, que toca el clarinete y tiene voz de pito está estos dias por el Circulo de Bellas Artes con un ciclo de cine. Seguro que estabais al tanto. Daría uno de mis libros de diseño, de edición especial con encuadernación japonesa, por pasarme el fin de semana sola (sí, sola) en esa sala viendo sus obras maestras. Y él es feo, pero un feo de los que me podría enamorar… Aunque sólo un rato.

annie-hall

* #suspirosdeamor por esta pareja.

La niña sin nombre y que vivan los feos.